Capítulo 2

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Wyatt pegó un pequeño grito al ser estrellado, pero en instante se incorporó. Note que se puso más competitivo, de seguro no se esperaba que durante todo el tiempo que estuvo ausente haya mejorado bastante en el combate.

Comenzó a tomar velocidad hacia a mí, y tomó forma humana, pero con el detalle de que aún conservaba sus garras y dientes filosos. Tiro un manotazo hacía mí, logré esquivarlo y devolver un golpe pero tomó mi brazo; sus garras nuevamente se acercaron a mí.

Regla número uno de los combates mágicos, el primero que cause una herida en el otro gana. Y no pienso dejar atrás mi racha de invicta que tanto me costó mantener, y así podemos nombrar la regla número dos, tu contrincante solo es tu contrincante, hay que olvidar cualquier tipo de relación, afinidad o lo que sea con dicha persona; en ese momento solo seremos enemigos.

Volviendo al combate, logré esquivar su ataque al pegar en su pecho provocando que se alejara de mí. Si uso mi super fuerza no será suficiente para ganar, pero solo tengo permito usar máximo tres poderes.

Opte por el viento, extendí mi brazo derecho y se comenzó a formar como un tornada en mi antebrazo quedando un pico puntiagudo al final. Debía aprovechar que aún me quedaba energía, porque aún no puedo manejar de manera eficiente todos mis poderes, por ello mi energía se consume rápidamente.

Hora de usar un poder más, las sombras. Una mancha negra como a expandirse debajo de mis pies, y desaparecí ante sus ojos; comencé a extender la sombra cada vez más, a tal punto que toda la arena se volvió negra y varias figuras con mi apariencia aparecieron de manera aleatoria.

Aparecí detrás de Wyatt para causarle un corte, pero me vi sorprendida porque adivinó que iba a hacer eso y se dio vuelta para herirme finalmente. Aunque nunca se imaginó que caería en mi plan, puesto que al dar la vuelta descuido su espalda y en ese momento me traslade hacia dicha posición; dejando así ante sus ojos un señuelo mío.

No tarde más y di un corte en su hombro, las gotas de sangre comenzaron a caer una por una hasta finalmente formar un reguero de sangre. Me di cuenta que excedí el corte, Wyatt volvió a su forma humana y calló de rodillas; en el recinto se escucho la voz del sistema.

- ¡Princesa Alice gana el combate!

Las barreras desaparecieron, los guardias ingresaron rápidamente para auxiliar a su compañero herido. Este se negó y entre quejidos se incorporó, dirigió su mirada hacia mí.

- Esto es inaceptable -Su voz era grave y tensa-  ¿Cómo puede ser que mi pequeña haya crecido tan rápido? -Fingió llorar mientras se tapaba los ojos.

Estamos presenciando para verdadera esencia de Wyatt, alguien que no te puedes tomar enserió porque constantemente hace estas escenas.

- ¡Hey! Ni que tuvieras muchos años más que yo -Me acerqué- Vamos a la enfermería así te revisen.

Lo tome del brazo sano y lo comencé a arrastrar hasta la enfermería, al salir del campo de entrenamiento todos los presentes hicieron una reverencia.

- Mejoraste bastante pequeña Alice -Dijo mientras caminábamos- Me duele saber que no estuve contigo durante todo este tiempo -Su voz expresaba melancolía.-

- No te culpes... sabes que fue inevitable...

La verdadera razón por la que estuvimos separados estos últimos tres años, es porque comenzó a surgir un rumor de que la Princesa Alice mantenía una relación amorosa con su guardia. Lo cual se considera inaceptable debido a la diferencia entre clases.

- Ven... sígueme en silencio -Nos desviamos del camino original.-

Llegamos a una parte alejada del castillo, donde casi nadie circulaba. Se trata de la torre de aislamiento, lugar donde tanto tiempo estuve y en algunas ocasiones vuelvo a estar.

- Alice... este lugar -Me miró con preocupación.-

- No te preocupes... ya lo supere -Mentí- Siéntate.

Hizo caso a mi orden, me miraba en silencio en espera de lo que iba a hacer.

- Desvistete -Su expresión cambio rápidamente y me miró asustado- No exageres no te haré nada... además ya te vi muchas veces sin camisa.

Se sonrojo levemente pero hizo caso a lo que dije, acerqué mis manos a su herida y comencé a murmurar.

- Θεραπεία...

La herida empezó cerrarse y curarse, sin dejar rastro de alguna herida.

- Tu dominio es impresionante -Comentó mientras se vestía- Pero sabes que tienes prohibido curar a los demás.

- Lo sé... pero no eres cualquier persona  -Lo miré a los ojos- Eres mi espada inquebrantable. -Sonreí-

No dudo ni un instante en abrazarme, y estuvo así durante varios segundos.

- Si sigues así van a malinterpretar la situación de nuevo -Intente apartarme pero me fue imposible.-

- Sólo déjame hacerlo unos segundos más -Su voz era temblorosa- Perdona por haberte dejado sola todo este tiempo... yo... no merezco esto... -Parecía que comenzó a llorar.-

- No llores -Dije sin tacto- Ya pasó, no te lamentes por algo que nunca fue tu culpa -Lo aparte de mí-  Seca esas lágrimas... tu nariz está comenzando a largar mocos...

- Wow... no cambiaste nada -Secó sus lágrimas- Mi princesa que aún no sabe como consolar a las personas -Sonrió y me sentí aliviada.-

- Y bueno... así son las cosas -Salimos de la torre.-

- ¡Vaya sorpresa! Alice... la princesa de Tinieblas con un simple caballero saliendo de una habitación alejada del castillo y de cualquier testigo -Ambos miramos en dirección a la detestable voz.-

- Hablas tanto de categorías... pero tu diminuto cerebro parece que olvido las reglas de cortesía -Dije seria- Recuerda cual es tu posición y ubícate... que seamos familiares no es motivo para que me estés tuteando -Me acerqué a ella.- Sobretodo porque soy la Princesa de este reino, futura sucesora del trono y Diosa de la Destrucción.... aprende cual es tu lugar -Mis ojos comenzaron a cambiar de color, en eso siento que Wyatt toma mi mano.-

- Princesa... -Dijo preocupado.

- Piérdete de mi vista -Molesta se dando grandes pasos con ese horrendo vestido que siempre usa.-

- Creo que estuvo a punto de orinarse -Reí por su comentario.- Pero debes aprender a controlarte y no perder la cordura ante personas como ella.

- ¿Qué es eso? ¿Se come? -Dije de manera burlesca, pero me clavó una mirada severa-

- Estoy hablando en serio.

- Lo sé, pero me es inevitable... para si debo ver su detestable rostro -Suspire y caminamos hacia el palacio- Es que le molesta que solo sea una simple aristócrata y no una princesa.

Pero mi odio y asco hacia ella tenía un razón, ella fue quien comenzó a divulgar el rumor sobre la relación entre Wyatt y yo. Y por su culpa, se fue de mi lado quién era mi sostén y fuente de apoyo, además tuve que estar encerrada en esa maldita torre durante varios días.

Nos dirigíamos a la cocina, estabamos hambrientos luego de aquel combate. Nos cruzamos a varios sirvientes, todos se alegraron de ver a Wyatt, puesto que sabían lo importe que era. No lo digo por exagerar, pero es que el es el único que me puede calmar cuando tengo mis ataques de ira y ansiedad.

- Wyatt Golden... que falta de respeto no venir a ver a tu reina primero... -Nos congelados y miramos hacia atrás.-

- Buenos días... Madre... 

RESILIENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora