Jennie tenía la costumbre de hacer las compras sola, acompañada por Chaewon quien siempre terminaba abrazando una caja de cereal colorida o una barra de pan.
Habían pasado las semanas y todo se encontraba perfecto en la casa de los Manobal, Jennie solía despertarlos a todos con su dulce olor y un beso en la frente a los cachorros.
ahora mismo Yeonjun se encontraba tomando la mano de Jennie mientras que Chaewon en el carrito del supermercado abrazando una caja de coco pops.
—¿Por qué no te casas con mi mamá, Jennie? Eres una omega y ella una alfa.
—Yeonjun, ya te he explicado muchas veces que no es solamente eso. —Rio Jennie. —Primero, no es necesario que sea un omega y un alfa, podría ser un alfa y otro alfa, o un omega con un omega, o podría ser un beta, todos somos libres de amar a quienes queramos. Y segundo, tu mamá y yo no somos pareja, ella es mi jefa y yo soy su empleada.
Yeonjun suspiró triste.
—¿Qué pasa, cachorro?
—Y-Yo quiero que tú también seas mi mamá. —Susurró el cachorro triste y Jennie se bajó un segundo a su altura.
—Si tú quieres, yo puedo ser tu mamá. —El cachorro se alegró y abrazó a Jennie, esta prosiguió a darle un beso esquimal y continuaron con las compras.
Al llegar al pasillo de limpieza Jennie recordó que no había suavizante para ropa del olor que me gustaba a Yoon, cuando encontró lo que estaba buscando vio una de las cosas más molestas que le sucedían constantemente.
Estaba en el anaquel más alto.
—Mierda —Jennie se estiró lo más que pudo y escuchaba la risa de Chaewon y Yeonjun.
—Cuando sea grande yo bajaré las cosas por ti, mamá. —Yeonjun rio y el corazón de Jennie se sintió cálido al escuchar las palabras del pequeño alfa.
Jennie se sintió frustrada un segundo. No era exactamente pequeña, pero no era tan alta como los alfas promedio.
—Hola, linda. ¿Necesitas ayuda? —Un alfa de camisa roja se acercó a ella y tomó la botella que Jennie luchaba por alcanzar.
Jennie sonrió nerviosa y se sonrojó un poco.
—G-gracias.
—Soy Minho. —El alfa moreno le guiñó un ojo. —¿Tú eres?
—Mi mamá. —El alfa pequeño tomó la mano de Jennie.
—Soy Jennie.
El alfa sonrió.
No había una marca, o un alfa cerca. Esto sin contar a los dos pequeños con problemas de celos por la presencia del alfa pelinegro.
—¿Puedo tener tu número?
—Wow, eres rápido. —Jennie rio nerviosa.
—Los primeros minutos deben de dar una buena impresión.
Jennie asintió.
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Al llegar a casa el pequeño alfa estaba refunfuñando mientras ayudaba a Jennie con las pesadas bolsas, claro, Yeonjun solo cargaba el papel higiénico. Yoon también ayudaba, esto mientras escuchaba los reclamos de Yeonjun.
Jennie cargo una bolsa pesada y Lisa al notarlo se acercó a ayudar a la menor.
—¡Puedes creerlo!
—¿Qué sucede, Yeonjun? —Lisa sonrió por el enojo inexplicable de su hijo.
—¡Un alfa se acercó a mamá! —Habló refiriéndose a Jennie, Lisa lo vio sorprendida, pero sonrió al ver que a la omega no le molestaba. —Le coqueteó, y ahora ese alfa tiene el número de Jennie.
La alfa de Lisa gruñó un poco, y Lisa frunció un poco el ceño.
—Bueno, hijo, Jennie tiene que tener una vida personal aparte del trabajo.
Yeonjun le frunció el ceño a su mamá y se acercó a ella para susurrarle algo.
—¿No te puedes casar con Jennie?
Las mejillas de Lisa enrojecieron, y su alfa aulló feliz.
—N-no, es una decisión de Jennie.
—Pero...
—Deja el tema, Yeonjun.
El cachorro suspiró triste.
La rubia observó a Jennie quien acomodaba cosas en el refrigerador.
Era una de las omegas más lindas que había conocido en su vida, era dulce y atenta, perfecto diría ella, pero también debía reconocer que Jennie era joven, y con muchos más pretendientes que no tenían cachorros que cuidar o poco tiempo libre.
Suspiró y bajó la mirada cuando vio a Jennie sonreír a su teléfono
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