Spring era muy pequeño cuando empezó a interesarse por el dibujo, pero su motivo para practicar y perfeccionar sus habilidades era, sin dudas, poder dibujar a su madre igual de bonita que en la vida real. Su primer y mayor fan (para desgracia de su padre) merecía un retrato digno, así que Spring esperó a saber dibujar lo suficientemente bien para retratarla.
Rosie siempre lo animó, ya sea su sueño para el futuro o simplemente un pasatiempo, ella estaría ahí para apoyarlo, Spring siempre apreció esto.
Tenía trece años cuando decidió que estaba listo. Su estilo no era exactamente realista pero era capaz de hacer que sea detallado, lo suficiente para que el dibujo se parezca a la persona real. Esa tarde se sentaron en el patio y él comenzó a dibujar, la memoria de esa tarde ahora está guardada en los recuerdos más preciados del rubio. Recuerda las risas, los ocasionales “¡mamá, quedate quieta!” y el correr adentro de la casa porque de pronto había comenzado a llover.
—Mañana voy a empezar pintarlo— exclamó dejando su cuaderno a un lado de su mesita de noche, siendo recibido por ojos cansados y una sincera sonrisa. Esa noche, Spring fue a dormir con la promesa de empezar a pintar este retrato juntos al día siguiente.
Cuando despertó, ella no estaba tratando de despertarlo anunciando que papá había preparado su desayuno favorito— en su lugar, lo despertó una ambulancia. Rosie, su madre e inspiración más grande, estuvo en el hospital el resto del mes, víctima de una enfermedad que fue silenciosa hasta esa mañana. Spring estuvo a su lado todo ese tiempo, cumpliendo la promesa de acabar de pintar el retrato juntos.
Lastimosamente, no llegó a ver su pintura terminada. Esa fue la primera vez que sucedió.
Estuvo bastante despistado todo el día. No se dió cuenta de eso al principio, nunca estuvo tan al pendiente de su propio comportamiento como para darse cuenta de que hoy en especial estaba distraído— pero así fue. Aunque pudo prestar atención a sus clases y hacer sus anotaciones, parte de él estaba en otro planeta. Un planeta tan lejano, que Spring casi se olvida de llevar su cosa más preciada en la tierra.
—Esto es tuyo— afirmó un desconocido parado frente su asiento. Apenas sonó el timbre del receso, apareció en el salón como si hubiera esperado todo el día para entrar. Apoyó el su cuaderno en el banco con un poco de fuerza, haciendo que spring dé un saltito y tenga que levantar la cabeza para mirarlo mejor. —Lo encontré en el patio, por suerte le pusiste tu nombre y salón.
—Ah, gracias…— ¿Cómo podía haber olvidado su cuaderno? no cualquier cuaderno, es el que usa para dibujar. Sintió un peso que no sabía que tenía encima desaparecer, por suerte, su cuaderno está bien. Como sea, el pelirrojo frente a él parece estar esperando incluso después de su respuesta. Spring sonríe. —¿Necesitas algo?
Hay una pequeña pausa para que él se aclare la garganta, como apunto de hacer un gran anuncio.
—Tus dibujos molan mucho— sonríe, sus ojos color miel se entrecierran. Por su expresión pensativa, parece que estuvo practicando qué decir y cómo decirlo antes de venir al salón. —¿Puedes dibujar personas?
Oh. La respuesta no le llega inmediatamente, porque no entiende la pregunta. Sabe cómo dibujar personas, incluso lo disfruta más que hacer plantas de plástico y ojos sueltos en la esquina de sus apuntes. Pero poder, en sí, es otro asunto que prefiere no tocar. Puede suponer a dónde irá esto, así que solo cierra los ojos con un exagerado pesar. —No.
—Mentiroso.
—Bueno, sí sé dibujar personas— abriendo solo uno de sus ojos, trata de pensar en la mejor excusa, la mejor forma de escapar esta conversación. —Pero si quieres un dibujo gratis entonces será solo una flor, o alguna cosa, no gente.
—Eres un pésimo vendedor— bufa y cruza ambos brazos sobre su pecho. Spring no tiene ni idea de quién es, pero el presentimiento de que no será la primera vez que ve esa expresión en su cara lo invade. —Necesito que dibujes a alguien, pagaré lo que sea.
la narración en presente mató a mi abuela okei
no lo explico mucho pq jamás hice esto pero spring dibuja a lápiz y por encima pinta con acuarelas, más a futuro lo narraré bonito cuando sepa agarrar un pincel