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Lo extrañaba, en realidad, lo extraño más de lo que les digo a mis amigos, él no solo fue algo del momento, yo lo amaba y fue la única persona a la cual he logrado amar con todo mi ser, y aún lo amo.

Mi mejor amigo Aldo es el que más sabe de lo que estoy pasando ahora mismo tras la ruptura, bueno... en realidad era tomarnos un tiempo, de todas formas, lo extraño demasiado.

-Roier... tienes que calmarte, él al menos te hizo saber como se sentía, tienes que entenderlo también- mientras estoy en mi cama oculto tras las cobijas, Aldo me dice cosas para tranquilizarme. Ya llevo dos días tras la triste noticia que me dio Spreen. Dos miserables días.

-es mejor que te vayas, Aldo, no quiero retenerte aquí para siempre conmigo, tienes trabajo- él llegó a mi casa hace unas horas, desde entonces se le hizo su hora laboral y llegar tarde, significa menos paga, no quería que le pasará todo eso por mi culpa.

-son las diez y media, no más... me quedaré unos minutos más, ¿sí?, iré a buscar algo dulce para que te animes, aunque sea un poco antes de irme.

~

El día que nos conocimos Spreen y yo fue tan hermoso, aún lo recuerdo como si hubiese sido hace relativamente poco. Solos él y yo luego de que nuestros amigos nos dejarán plantados en un pícnic en mitad de la nada, ellos se sintieron apenados por no poder llegar, honestamente no tengo idea de que les ocurrió aquel día, pero a pesar de que Spreen estaba algo preocupado por la soledad del mirador, yo estaba nervioso por estar junto al chico más lindo que vi en mi vida, él y yo, nadie más. Puede que parezca raro o incluso que fuera idea de los demás dejarnos a solas, aunque Spreen no parezca muy idiota, la verdad es que era algo inocente en lo que respecta a indirectas, a pesar de que probablemente nos quedáramos aquella vez nosotros solitos gracias a nuestros amigos y la idea de Aldo y mariana, los únicos dos que sabían de mí no tan reciente crush.

-no te la puedo creer... en serio no llegarán, qué hijos de puta que son- dijo algo enojado hacia su celular, mientras yo jugaba con los dedos de mis manos mirándole de reojo, de verdad estaba nervioso y si seguía así él se daría cuenta.

-jaja... y ahora que hacemos con toda esta comida- él volteó rápidamente al ser las primeras palabras que pronunciaba desde que llegamos. él y yo no veníamos en el mismo vehículo pero sí por alguna razón al mismo tiempo. él tenía su linda moto.

-¿quieres irte?- me preguntó tan tranquilo, como si no fuera nada el hecho de que nos acababan de forzar una cercanía.

-Aldo y mariana me dijeron que aprovecháramos el lugar... sabes, esto será demolido este fin de semana- si, una excusa, pero conociéndole y esta será otra indirecta, la cual no reconocerá nunca.

-está bien por mí, nos quedamos entonces- se recostó en el árbol detrás de él. Teníamos una manta extendida debajo del gran árbol que daba sombra a la poca luz que ya quedaba.

Ahora estaba más nervioso que antes, no sabía que hacer, ¿me recuesto con él?, ¿como algo?, ¿inicio una conversación?, probablemente esté a punto de llorar por lo que me causa este ser humano.

-Roier... no creo que sea tan malo el estar solo conmigo, sabes, no muerdo a pesar de ser híbrido de oso, hehe- levanté mi cabeza y me encontré con una hermosa sonrisa, él estaba con sus brazos recargando su cabeza, mientras la leve brisa revolvía sus rizos. Lindo.

-lo sé, solo pensaba que te la pasarías mejor con los demás... y eso-

-creo que me la estoy pasando mejor contigo y en silencio que con los demás y sus gritos. Por eso te me haces el más entretenido de todos- como puede decir todo eso sin morir en el intento... en serio que él no comprende lo que acaba de causar en mi corazón. -ven-

let you break my heart again - sproier 🕷️🐻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora