Capitulo 4

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Roberta: ¡Lupita ya vámonos!—Hice todos mis esfuerzos por no gritarle y quedar en ridículo.

Ya eran pasadas de las nueve y ella todavía no se quería ir, o lo que ella dijo, "no podía".

¡A la mierd*!

Lupita: Cálmate, en quince minutos - Hace una hora que dice eso.

Roberta: Ya me harté - La tomé del brazo y la jalé a la salida.

Suerte que no estaba probándose nada porque eso habría sido un problema.

Lupita: Eres una loca - Se soltó de mi agarre cuando llegamos al auto.

Roberta: Mañana hay escuela, y llevo más de una hora diciéndote lo mismo, fue tu culpa - Me crucé de brazos una vez dentro.

Miro su muñeca como si tuviera un reloj.

Lupita: Mira, tu felicidad duró treinta minutos, ¡Un nuevo récord! - Movió las manos pretendiendo estar emocionada.

Roberta: Ha ha que graciosa - Rodé los ojos.

Lupita: ¿Te llevo a tu casa, o a la de Diego? - Me sonrió burlona.

Roberta: Cierra la boca - Amenacé.

Lupita: Esta bien - Puso el auto en marcha - No quiero que me acuses con Diego -Susurró luego de un momento de silencio. Solo la ignoré - Sana y salva - Quitó los seguros del auto una vez estacionó frente a mi casa.

Roberta: Las luces están apagadas, ¿Quieres quedarte? - La miré con la cara que siempre funciona con Mia, tal vez también con ella.

Miró el reloj del auto.

Lupita: De acuerdo - Suspiró y bajó del auto.

Roberta: Por eso te amo - Sonreí exageradamente.

Lupita: Dame las llaves - Se las lancé - Tu bajas todo -Comenzó a avanzar hacia la puerta.

Roberta: ¿Todo? - Hice una mueca de horror.

Lupita: TODO - Gritó ya dentro de mi casa.

Suspiré y tomé todas mis bolsas, que eran solo seis y nada pesadas, no como las de Lupita, que eran todas voluptuosas y grandes.

Caminé con ellas hacia atrás sacando mi cabeza de los asientos, cuando tropiezo con algo duro.

Grité por la impresión de unas manos tomándome antes de caer.

- ¿Estás bien? - Giré para ver al dueño de la voz.

Diego, otra vez.

Roberta: ¿Me estas siguiendo o algo por el estilo? - Me agaché para recoger las bolsas que se me habían caído por el susto.

Diego: no eres el centro del universo - Y apareció esa sonrisa de lado en su rostro, una vez más.

Roberta: ¿S? - Arqueé una ceja.

Diego: Si ya sabes, la primera letra de...sexy - Murmuró sensual, ¡DE NUEVO!

Roberta: No me llames así - Pase por su lado haciendo mi camino hacia la casa, pero me detuve en seco.

Diego: ¿Que? - Preguntó extrañado al ver que lo miraba fijamente.

Roberta: ¿Que haces aquí? - Entrecerré mis ojos tratando de intimidarlo.

Aunque era estúpido, digo como yo podría intimidar a alguien.

Diego: Yo vivo aquí - Respondió obvio, aunque sonó más como si me tratara de decir estúpida solo con su simple tono de voz.

Roberta: Claro que no - Sabía que no, espero.

Diego: Claro que si - Uso un tono de voz chillón tratando de sonar como yo.

Roberta: He vivido aquí toda mi vida, toda - Hice énfasis - Y nunca te había visto - Completé cruzando mis brazos bajo mi pecho.

Diego: Es por que me mudé hace menos de cinco horas, - Me dio un suave golpe en la cabeza, que aunque no dolió hizo que me balanceara un poco hacia atrás, pero recobré rápido el equilibro.

Roberta: Eso no explica que haces en MI casa - Recalqué el "mi" para hacerle entender que se largara ,ahora.

Diego: Iba a salir, te vi y quise venir a saludarte - Dio un paso mas cerca de mi, por instinto di un paso hacia atrás - Además con todas esas bolsas, creí que necesitarías ayuda - Se encogió de hombros y tomó con una sola mano mis seis bolsas y con la otra la mitad de las de Lupita -¿Puedes con esas? - Asentí viendo hacia las únicas tres que quedaban.

Roberta: Eh...si - Las tomé y Diego dio un puntapié para cerrar la puerta del auto de Lupita.

Hizo un tipo de reverencia para que pasara primero, avancé primero con pasos cortos y lentos debido a las bolsas, y también al cuerpo de Diego que iba dos pasos detrás de mi, casi pegado.

Dejé las bolsas un momento en el piso y giré el picaporte de la puerta, me hice a un lado para que Diego entrara, una vez lo hizo tomé nuevamente las bolsas y las coloqué en el sofá un poco frustrada de que Lupita no estuviera ahí para que pudiera darle a Diego una excusa para irse.

Roberta: Bueno...eh...gracias...creo que ya...te puedes...ir - Me di una bofetada mentalmente por tartamudear.

Diego: ¿Te veo mañana? - Me miró con una ceja arqueada.

Roberta: Supongo - Sonó más como una pregunta.

Sonrió y se acerco a pasos lentos hacia mi, quería alejarme pero parecía que mis pies querían estar ahí porque no obedecían las ordenes de mi cerebro.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca que podía se inclinó hacia mi y se mantuvo así, su cálido aliento chocando contra mi cara, por primera vez pude ver bien sus ojos, eran hermosos.

Luego de lo que parecieron dos minutos se inclinó un poco más y besó suavemente mi mejilla derecha, dejando más de lo necesario sus labios contra mi piel.

Diego: Hasta mañana, - Caminó hacia atrás aún mirándome hasta que chocó con la puerta, la abrió lentamente y después salió del mismo modo.

Aún mirando fijamente la puerta llevé mi mano hasta mi mejilla, tocando suave y lentamente el lugar donde estuvieron sus labios, temiendo que si tocaba de mas olvidaría su textura.

Lupita: Wow - Habló una vez estupefacta desde las escaleras haciéndome saltar cortamente por la impresión.

Roberta: Wow - Susurré ahora yo, aún en shock por lo que acababa de pasar.

Polos Opuestos •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora