Un arma se dirigía a su pecho, ella era la que la empuñaba hacía si misma, tenía bastante odio hacia su persona, no quería dejar Roxanna sola, pero. Su odio hacia Claude y su vida arruinada era mayor.
Fue forzada a estar en la misma cama con el rubio de orbes azules una vez, no quería a volver estarlo otra vez, fue obligada a tener relaciones con él, lo odiaba, no quería estar cerca de el.
Sabía que Claude la buscaba a toda costa y que no se detendría hasta encontrarla para contraer matrimonio con ella, pero ella no lo deseaba, no lo quería.
En ese instante entró abriendo la puerta con fuerza el Le Foy, ella le sonrió con bastantes lágrimas cayendo por sus mejillas.
—Cuídala, Albert.. Y dile que lo lamento a mi hija.. También aclarale que no es culpa de suya.. —luego encajo el arma un su pecho, Albert rápidamente fue a sostenerla.
—Sirene, te lo ruego.. Por favor no lo hagas.. —rogó el pelirrojo con lágrimas en sus ojos. —no mueras tú también Sirene.. —vio como cerraba poco a poco sus ojos con una sonrisa y sus ojos llenos de lágrimas— ¡Sirene! ¿¡Por que nos haces esto..!? —quito la daga de este mismo rogando que viviera. —¡Sirene no te vayas! ¡Eres mi mejor amiga! ¡No quiero que me dejes tu también! —gritó con dolor.
Inmediatamente a la sala entró una rubia pequeña de cuatro años, al ver eso se mostró horrorizada, fue corriendo hacia ambos y lloro.
—¡Mamá!
Y eso fue lo único que escucho antes de que su conciencia se apagara finalmente, verdaderamente Sirene lo sentía demasiado, sabía que la extrañarian, pero estarían mucho mejor sin ella, correrían menos peligro y vivirían felices.
Lo único que vió fue un jardín y ella estaba acostada en este mismo.
«no puedes morir aún, Sirene.. Te daré otra vida»
Abrió los ojos rápidamente, ¿que? ¡Ella no quería otra vida! ¡No la necesitaba!
«por favor, esta vez cuida de tu hija.. Aún que no tenga la culpa intenta criarla como es debidamente.. »