Cada vez me resultaba más difícil diferenciar la realidad de la fantasía. Desde que me levantaba siempre tenía esa misma inquietud y, con poco éxito, lograba ignorarla aunque sea por unos minutos.
He estado angustiada respecto a ciertas cosas, las cuales han cambiado.... No soy ignorante de algunos aspectos que atañen a mi familia, a mi entorno y a mi hogar, pero también me es difícil saber si esos aspectos constantemente cambiantes puedan ser legítimos o simples invenciones de gente con horrendas intenciones.
Pero aun así, los pensamientos que tenía sobre esos temas no eran lo único importante que ocurría en mi vida.
Todos los días era despertada por mi criada Mathilde y tras ser ayudada con la vestimenta, bajaba las escaleras con tal de desayunar algo mientras ella solía brindarme las noticias de lo que sucedía en nuestra parte de Francia, así como en la capital.
Sin embargo, un día en que ella me despertó, me informó de un curioso acontecimiento.
- Madeimoselle Lydie -me decía mi criada-, lamento no poder elogiar el día actual, pero me temo que hay algo que usted debería conocer
- ¿Respecto a qué o quién, Mathilde?
- Bueno..., el Marqués de Grenoble lleva mucho tiempo sin ser visto, según me informaron los otros sirvientes
- ¿El Marqués de Grenoble?
Ese hombre era el marido de mi hermana, Céline. Sinceramente nunca me había caído bien respecto a su actitud grosera y altanera.
- ¿Céline lo sabe? -pregunté angustiada
- Sí, Madeimoselle. Ha enviado unas tropas de la Guardia Real a buscarlo y ella es constantemente tranquilizada por su criada personal
- Ya veo. Tendré que conversar con ella para ver si necesita ayuda
Me levanté de la cama. Mathilde enseguida me ayudó a cambiarme de ropa. Tomó (a orden mía) uno de los pomposos vestidos confeccionados con tela de brocado que yo usaba mayormente en el Palacio de Versalles.
- Sabes, Mathilde. Recuerdo esos años donde mi hermana pasaba horas discutiendo con Papá para convencerlo de ser la esposa del Marqués de Grenoble.... Ella es la más sensible de la familia y ya te puedes imaginar cómo se pondría en caso de que, Dios no lo quiera, suceda lo peor con su marido
Sentía cómo Mathilde continuaba arreglando las mangas y pliegues de mi vestido.
- Lo sé, Madeimoselle, pero usted es fuerte. No veo motivo por el cual Madeimoselle Céline no comparta aunque sea una mínima parte de la actitud de la que dispone usted o al menos haya aprendido algo valioso de usted
- Quisiera que fuera así como lo dices.... Si descubriera que ella tiene un poco de fortaleza en su interior resultaría ser un cambio apreciable
- De eso es lo que se habla en estos días; hablan mucho de cambio, en especial los que son...
- ¿Qué cosa, Mathilde?
- Olvídelo, Madeimoselle. No merece perder el tiempo con asuntos de la plebe
Terminó de arreglarme la vestimenta y, con ello, pude salir hacía la habitación de mi hermana (pensando en las palabras que le dirigiría).
Llegué a su habitación y entré. La encontré cosiendo (su actividad predilecta cuando está presa de la angustia).
- Entiendo que es duro -le decía-, pero al menos no es tan grave cómo lo imaginé
- ¿A qué te refieres?
- Bueno, no estás tirada en el suelo gritando como una loca. Eso es un avance...
Me ofreció una mirada seria.
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Ansías de Revolución
Historical FictionColección de cuentos ambientados en el período del siglo XVIII, donde el pueblo de Francia se rebela contra sus gobernantes en búsqueda de su libertad. Estos son cuentos ambientados en la Revolución Francesa. Parte 1: El Hastío del Pueblo (cuento qu...