En el que una madre deja a un niño dentro de una panadería, dejando a Sabine para que lo lleve a casa y lo atienda.
¿Qué sucede cuando Draco viene a buscar a su hijo y el niño está demasiado apegado a ella?
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DRACO MAFIA
ESTA HISTORIA CONTIENE TEMA...
Habían pasado dos semanas desde que Ryland me golpeó, dos semanas desde que Draco entró y Ryland me golpeó, dos semanas desde que Ryland "desapareció".
Desde esa noche, Draco había sido un poco más, sobreprotector y posesivo, lo que se estaba yendo completamente de las manos en este punto.
Mañana por la noche sería la primera fiesta de cumpleaños de Scorpius.
Me había pasado toda la semana planeando el día de mañana y le pido a Merlín que todo salga perfecto.
Creo que tal vez planear su cumpleaños fue lo único que me distrajo de mi realidad.
Actualmente, estaba caminando con Scorpius y Theo para ir de compras. Necesitaba encontrar un vestido para su fiesta. Sé que solo va a cumplir un año, pero en realidad no tenía amigos y su fiesta consistía principalmente en recibir regalos y divertirse hasta que se durmiera y nos dejara a los demás festejando y bebiendo champán y vino.
Una vez que llegamos a la tienda pasamos horas continuas comprando, pero no había encontrado un vestido que me gustara, de vez en cuando nos deteníamos en las jugueterías. Scorpius aparentemente quiere todos los dragones de juguete que existen.
Finalmente llegamos a una de las últimas tiendas del centro comercial. Mientras entrábamos, mis ojos se abrieron cuando me encontré con algunos de los vestidos más impresionantes que he visto en mi vida.
Era de un color rojo intenso y ajustado.
―Deberías probártelo. ―dice Theo y después de un rato, si me convence, acepto y me lo pruebo.
Al salir de los armarios, Theo se sienta de inmediato mientras Scorpius continúa jugando.
Una sonrisa se forma en su rostro.
―Te ves hermosa, si Draco no te arranca ese vestido yo lo haré. ―dice mandándome un guiño.
Dejé escapar un pequeño suspiro mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro.
Vuelvo a los vestuarios y me cambio mientras tomo un vestido extra que era un poco menos explícito y más familiar antes de salir.
Cuando volvimos a la mansión, Draco nos estaba esperando en el vestíbulo.
―¿Dónde diablos has estado? ―dice.
―De compras. ―le digo en tono tranquilo.
―¿Y no se te ocurrió decírmelo? ―añade.
―Exactamente por eso no te lo dije. ―respondo.
―Dios, eres tan insufrible. ―dice empezando a gritar.
―¿Soy insufrible? ―le giro para igualar su tono.
Pero antes de que pueda responder hay un tirón en mi vestido y una voz que habla en voz alta.
―Mamá.―miré hacia abajo para ver a Scorpius de pie y mis ojos se abrieron.
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