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En Green Hills era imposible que hubiera un día malo; el sol siempre se asomaba para desearte un gran día y los turistas se entusiasman al ver los restos de la colonización de los old-mobians, que dejaron por distintas partes del mundo. Asimismo, era imposible que la plaza no se aprovechara de este tipo de cosas, ofreciendo comida y regalos a los mobians que solo iban de paso y deseaban llevarse un recuerdo.

La verdad es que caminar entre tanta gente puede ser difícil, pero Sonic y sus amigos, Knukles y Tails, ya estaban acostumbrados a esos territorios.

- ¡Cuidado! ¡Erizo caminando a toda velocidad con manzanas!

Sonic cargaba 5 canastas de manzanas, la multitud daba paso al hablar, y destras de el iba el zorro de dos colas con harina y el equidna con canastas de distintos condimentos y frutas en sus dos brazos.

- ¡No pensé que habría tanta gente de camino a la panadería! - se queja Tails.

- No te desconcentres, Power, entre más rápido terminemos las entregadas, podremos ir a comer algo en las ruinas.

- ¡Knux tiene razón! ¡Ya deseo explorar la zona verde más de cerca!

- ¡Shhh! ¡Sonic! - Le llama la atención el zorro.

- ¡Oh! Perdón perdón, se me ha olvidado que es un secreto.

La zona verde, es un lugar de ruinas que nadie conoce, a excepción de este trío de amigos que se van seguido a charlar, comer y explorar. La descubrieron un día al perderse por los bosques que quedan fuera del pueblo y prometieron guardar en secreto ese lugar; es de ellos desde entonces.

- ¡Pero si es mi trío favorito! - Habla el panadero al verlos llegar.

- ¡Team Sonic al servicio como siempre, señor! - Responde Sonic con una sonrisa orgullosa.

- Nunca acordamos ese nombre...

- Muy tarde, rojo, ya nos conocen así.

El panadero se ríe de las charlas poco comunes del equipo, mientras, Tails se acerca con las canasta de harina y las deja al frente del panadero.

- 5 bolsas de harina, tal como lo pidió, señor.

- Excelente servicio, Miles - Le da unas palmadas en la cabeza que le saca risas al zorro. - Los dejo, aún tengo turistas que atender.

Alza las bolsas y entra a su panadería; la única del pueblo, de hecho.

- Bien, ¿quién sigue? - Pregunta Knukles.

- Hay que ir al mercado a dejar las manzanas, el puesto 5 y 7 - Dice Tails mirando la lista.

- No nos detengamos entonces, con esto, ya terminamos las entregas de hoy.

Sonic empieza a caminar y el resto los sigue, Tails está libre y decide ayudar al echidna con los condimentos.

Su trabajo en el pueblo era simple, entregaban productos, desde alimentación hasta servicios domésticos, más de una vez hicieron limpieza en la casa de sus vecinos o pintaron las casas; rebuscando trabajos para ganarse la comida de cada día.

Empezaron a los 11 años, después de escapar del horfanato (así es, son huérfanos ¿Vas a fingir que te sorprende?) y pronto se ganaron el cariño y apoyo de todos los comercios del pueblo, siendo las únicas personas que se les confiaba la tarea en el pueblo.

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Sonic entra corriendo al bosque, detrás Tails y Knukles lo siguen, con una sonrisa cansada.

- ¿Entonces? - Sonic da media vuelta mientras sigue caminando - ¿Quién quiere empezar en entrenamiento hoy?

- ¿Qué tal si comemos primero?

Pacto con el diablo | Sonic AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora