"Bueno — dice Chris— Pues , ésta semana ha ido de maravilla, hay una paz increíble en el aire laboral, je, je, es divertido hasta cierto punto, pero esto es muy agotador, es un trabajo muy pesado, casi no hablo con mis compañeros de trabajo mas que para recibir órdenes, pero, a pesar de todo, el jefe es muy amable, ayer me dijo en el descanso que podría aumentarme unos centavos de paga..."
—¡Hey muchacho! ¿Cómo sentiste tu primera semana aquí?
— B...Bien señor.
—Mira sé que no es mucho pero aquí está lo de la semana — extendiendo su puño lleno de monedas hacia Chris, le preguntó—. Y, ¿en qué lo piensas gastar hijo? Bueno, claro que no tienes que decirme nada si no quieres, ¿verdad?
— En al...al...al...
—Shhh, shhh, el dinero es tuyo, ahora por favor limpia toda esta zona antes de salir — Dijo señalando, moviendo de manera circular su mano en el aire—. ¡Ah! Y, por favor, no te olvides de cerrar y apagar todo, ¡nos vemos el lunes!Chris veía en aquel señor de larga, desordenada, algo sucia y canosa barba, a una figura, una figura paterna, un modelo a seguir que siempre necesitó.
Pero saben una cosa...puedo...bueno les contaré, que el sentimiento era mutuo, pues éste señor de nombre Arturo también veía en Chris el rostro de un hijo, de su propio hijo, el cual lamentaba hace 5 años no haber estado allí para él, porque...oh, bueno esa es otra historia para otro día.