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Y te encantaba fumar hasta quedarte sin aire.


Te encantaba tomar hasta querer vomitar.


Te encantaba leer los mensajes que ella te mandaba, al fondo de la bandeja de entrada.


Te encantaba salir en las madrugadas de invierno hasta sentir el frío en los huesos.


Te encantaba escuchar la música tan fuerte hasta sentir dolores de cabeza.


Te encantaba la autodestrucción.


Ahora yo te pregunto: ¿te encantaba ver cómo me destruías, también?

las palabras que quisieron ser dedicadas pero que fueron olvidadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora