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Soobin no estaba seguro de cuanto tiempo se quedaron de esa forma o cuantas veces a la semana lo repitieron, pero estaban bien. Siempre estaba bien si se trataba de estar con Mark, no importaba de que mundo viniera, su confianza seguía intacta con él, eran mejores amigos de todas formas. Siempre había sido de esa forma y a los profesores parecía no importarles sus repentinas desapariciones, tenían buenas calificaciones y un buen comportamiento, eso parecía llenar el vacío de no asistir a clases.

Además podían hablar de cosas que Soobin aún no entendía.

— ¿Por qué aún no "marcas" a Hyuckie? —Soobin preguntó curioso mirando al contrario, arreglando sus gafas.— Se nota que ustedes dos se gustan mucho.

Mark le miro con una sonrisa.— Es bueno saber que a Haechan se nota que le gustó.

Haechan... ese apodo que solo Mark y los padres de Hyuckie podían decir...

— Mark, es enserió.

— Yo también lo digo enserió. —Mark se encogió de hombros.— A veces igual me siento asustado de esas cosas.

— Mark...

— Bien, bien cachorro impaciente. —Mark le sonrió al contrario.— Es por ti.

— ¿Por mí?

¿Por qué se detiene por mi culpa?

— Hicimos una promesa cuando niños. —Mark levanta un poco la manga de su chaqueta, había un brazalete que había visto anteriormente en su brazo igual, pero de distinto color.— Íbamos a marcar o dejarnos marcar por nuestro destinado cuando ambos lo encontráramos.

— Pero esto te trae muchos más problemas.

— Supongo. —Mark miro la pulsera y le enseño la inicial de Soobin y la de Mark con una fecha.— Pero una promesa es una promesa. Somos ambos o no es ninguno.

— ¿Y cómo se que es quien mi destinado? —Soobin preguntó curioso, este mundo a veces era tan distinto al suyo.

— La persona que haga a tu lobo interno saltar de emoción. —Mark soltó una risa.— Eso me recuerda a cuando nuestros papás creían que tu y yo éramos destinados por pasar siempre juntos. Papá Taeyong y la tía Seulgi tenían casi todo listo.

Podía esperarlo de su mamá, bueno de la mamá de este Soobin. Su mamá y los padres de Mark siempre fueron mejores amigos.

— ¿Enserió?

— Sí, luego se les quito la idea. —Mark miro a Soobin.— Cuando Hyuckie y Kai aparecieron en nuestras vidas.

Soobin no lo entendía del todo aún, pero no quería indagar aún más haya y poner las cosas incómodas. Porque prefería los lugares pacíficos y con calma, eso obtenía con estas tardes con Mark.

Pero un día viernes no cerraron la puerta con llave, Mark y él se sentían más cansados que de costumbre por las clases de deportes que los obligaban a tomar, -según el director, eran alfas y tenían que destacarse en todas las áreas posibles.- luego estaban los aromas de los omegas que los hacía sentir saturados y ahogados -Soobin comprendió que no todos los aromas de omegas eran tan buenos como el de sus amigos y Kai.- y todo eso conllevó a tenerlos más cansados que de costumbre.

Así que solo se durmieron como de costumbre en el hombro del otro, sus cuerpos lo necesitaban. Pero el sonido de la puerta debía haberlos puesto alerta.

— ¿Se encuentran bien, alfas?

Soobin abrió sus ojos con algo de pereza al escuchar la voz de un chico. Enfrente de él y Mark había dos personas, un chico y una chica -ambos omegas que nunca había visto en su vida, pero estaban usando el uniforme de la escuela.- con pequeñas sonrisas en sus rostros. Mark a su lado se removió incómodo al sentir la voz del chico, sabía que se había despertado al no sentir la cabeza de contrario en su hombro, más bien estaba tenso.

lovesong ੈ♡‧₊˚ › sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora