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Momo apartó su mano mientras veía a la mayor y comenzaba a retroceder, tragando saliva nerviosa.
—No hay que ponernos violentas.
—De repente siento ganas de ejercer violencia contra Hirai Momo —Mina sólo comienza a tronar sus dedos de forma agresiva, pero Nayeon se interpone entre ellas tres.
—No empiecen a pelear, Jeong-
—¿Vas a dejar que te vuelva a humillar? ¿Cuántas veces vas a dejarte, Nayeon? —y la mencionada sólo frunció el ceño, pero dejó de fruncirlo al ver su muñeca rojiza que había comenzado a hacerse levemente morado. La miró—. Si tú no estás harta, yo si lo estoy.
—¿Pero por qué vas a golpearme contra el suelo sólo por eso?
—¿Sólo por eso? ¡Literalmente le hiciste un moretón a Nayeonnie jalándola! —Jeongyeon volvió a empujarla mientras se acercaba a sostener su camisa, acercándola a ella—. Llevo meses queriéndote golpear...
—¡Hazlo!
—¡Mina! —la de ojos extranjeros quiso hacer que Nayeon fuera a su lado, pero un leve empuje de las que estaban peleando hizo que fuera con ellas—. Dejen de pelear, por favor, sólo podemos ir a discutir eso con algún directo-
—Pégame, ¿No que no muy valiente? —la castaña negó mientras volvía a empujarla. No escuchó los gritos de fondo por la furia, no escuchó ni la queja de Mina porque quiso golpearle con el puño cerrado pero en cuanto se dieron cuenta, un golpe seco sonó.
Una llanta derrapar, un portón y cuando vió, su mejor amiga estaba en el suelo, y sangre había comenzado a brotar de algún lado de su cuerpo.
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—Nada de esto hubiera pasado si tú hubieras aceptado que Nayeon hubiera terminado la relación.
—¡Nada de esto hubiera pasado si tú no hubieras sido una salvaje que me hubiera empujado! —Mina sólo juntó sus manos y las posó en su cara, pensando.
Las tres estaban sentadas fuera la dirección mientras sentía que dos personas a su lado iban a golpearse de nuevo, pero estaba a segundos de lanzarse a ellas y golpearlas ella misma. Volteó a verlas.
