Enchanted | Stiles Stilinski

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Derek bajo del auto con cierto aire de irritación. La puerta de copiloto se abrió dejando ver a una chica de cabello castaño, cuyo rostro mostraba una expresión burlona.

—Deja el mal humor un rato —pidió ella con humor. Se cruzó de brazos y dirigió cierto reproche en su voz. —No entiendo porque quieres quedarte aquí teniendo en cuenta todo lo que pasamos, pero si te quedas, me quedo.

—Estas más segura en Nueva York.

—Tal vez —se encogió de hombros—. Pero no voy a irme.

Derek emitió un suspiró molesto.
—Missy.

—Derek —repite ella con el mismo tono condescendiente. Missy se quita los lentes de sol—. Solo vendrías por unas semanas y te quedaste meses, apreció la venganza a favor de nuestra hermana contra Peter, pero no entiendo porque quieres quedarte aquí.

—Ya sabes por qué.

—Puedes reclutar allá. Donde sea. —Missy mostró disconformidad—.  ¿O es por ese beta de Peter?

—Es fuerte.

—Es un niño tonto —replico rodando los ojos—. ¿Qué clase de idiota se enreda con una cazadora? No va a dejarla, desiste y volvamos.

—Puedo convencerlo.

Missy carcajeo con burla.
—Hermano, admiró esa determinación, pero por lo que me has contado. Ese chico no tiene un buen concepto de ti y ciertamente, tampoco lo tendría.

Derek la miró de mala forma.
—Pronto sabrá quién es el enemigo y estará conmigo, ahora que los Argent se están reagrupando, me necesita.

Missy alzó las cejas.
—Claro —manifesto en tono delirante.

Derek dirigió su atención a algo detrás de ella. Missy giro, curiosa, para ver lo que su hermano veía.

Un chico moreno estaba encadenando su bicicleta, pero la tensión de sentirse observado lo obligó a alzar la cabeza para toparse con la mirada de la persona de sus dolores de cabeza y una chica, aparentemente, de su edad.

— ¿Ese es el novato? —inquiere Missy analizándolo con ojo crítico. Scott se encoge en su sitio al sentirse intimidado—. Deja mucho que desear, pero teniendo en cuenta sus amistades, me sorprende que siga vivo.

—Missy.

— ¿Qué? Es un hecho —se encoge de hombros. Vuelve su vista a Derek—. Tiene sentido ahora que lo veo, pero no vale la pena el riesgo.

—Si no lo ves así, tal vez deberías regresar —contesto Derek cruzando los brazos—. De inmediato.

Missy sonrió. —Buen intentó, pero no.

—Entonces cierra la boca.

—Regresar aquí te subió los niveles de mal humor a uno insoportable —rodo los ojos—. Este lugar no es especial, es una tumba, un cementerio en realidad —mira sobre su hombro al chico que trataba de encadenar su bicicleta de forma nerviosa—, no hay nada...

Ella enmudeció al ver a un chico de piel pálida, su cabello rapado era de color castaño y con lunares en su rostro que se extendían hacía su cuello. Missy anheló contar esos lunares con sus labios. La presencia de aquel adolescente ocasiono que su corazón se acelerara. 

— ¿Quién es él? —pregunto a su hermano sin quitar sus ojos de él.

Derek miró con desinterés al adolescente que le provoca a jaquecas.

—Stiles. Amigo de Scott.

Missy ladeo la cabeza. Una delicada sonrisa adornó sus labios pintados de carmín.