Al llegar a la plaza donde se encuentra el Starbucks, bajamos del autobús y nos dirigimos a la entrada del centro comercial donde estaba un policía vigilando, en ese momento me puse a pensar en que difícil a de ser ese trabajo ya que tienes que estar todo el día parado sin hacer nada, bueno volviendo al tema , entramos los dos juntos seguíamos sin hablar la único que dijo fue:
- Que bueno que me aceptaste la invitación-
Lo único que logro fue que me sonrojara, me puse muy colorada, por suerte no me miraba solo seguíamos caminando hacia la cafetería, hasta que al fin llegamos a la cafetería el me abrió la puerta por cortesía y luego el entro yo le agradecí, pues no sabia que hacer.
Al entrar a la cafetería me sentía soñada ya que me encanta el café lo adoro es mi adoración, su olor era delicioso.-Te gusta el café- me dijo Edwin
-Si, me gusta- le dije con un tono sutil, para que no se diera cuenta de que me encanta el café.
Eligió una mesa para dos y nos sentamos el me movió la silla y me senté, luego el se sentó en la otra silla que se encontraba en frente de mi.
Pasaron unos segundos y me dijo que quieres tomar y le dije-Un café con crema y tres de azúcar- le dije
- Ok, ahora lo pido- me dijo impresionado ya que sabia muy bien como me gusta el café (bueno eso creo)
Se paro y me dejo sola para que fuera a pedir lo que íbamos a tomar, después de unos minutos llego con mi café y el con un Frapuchio el se sentó y me entrego el café yo le agradecí, pero el no dijo nada, de seguro no me escucho.
-Y dime , porque no vienes a clases casi-
-Mmmm... Y porque quisieras saber eso- le dije con un tono de voz como de "y a ti que te importa"
- Será porque me da curiosidad, porque vienes un cierto tiempo y luego te desapareces- me dijo
- Okey, te diré -
-Soy todo oídos-
- Es que me he intentado suicidar muchas veces, así que me dan terapias o estoy hospitalizada- le dije, tratando de ser lo mas cortante que pude, pues no le quería decir
-Woouu, como una chava tan hermosa como tu intentaría suicidarse -
- En primera no soy hermosa como tu dices y en segunda no sabes porque no hago, así que no hables- le conteste pero ya muy enojada y con lagrimas en mis mejillas.
- Lo siento, no quise haberte hecho enojar- me dijo muy arrepentido
- No te preocupes, mejor cambiemos de tema- le dije limpiándome las lagrimas que me escurrían sobre las mejillas.
- Mmmmm... Y tienes amigos-
-No son una perdida de tiempo-
-porque dices eso-
- No me gusta tener amigos
-Que mal
Nos tomamos nuestro café callados fue muy incomodo
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El perdón
Ficção AdolescenteEsta historia de desarrolla en la ciudad de New York, donde una chica de 17 años vive una vida desagradable, pero lo que ella no sabes es que eso va a cambiar. Esta historia te dará una gran lección, ya que si tu eres una de esas personas que siente...