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Yeosang estaba cocinando el desayuno para los alfas, ya habían pasado unos cuantos días desde lo que paso con Yunho y habían creado una rutina en la que se repartian las tareas del hogar para así tener las noches libres en las cuales se acurrucaba...

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Yeosang estaba cocinando el desayuno para los alfas, ya habían pasado unos cuantos días desde lo que paso con Yunho y habían creado una rutina en la que se repartian las tareas del hogar para así tener las noches libres en las cuales se acurrucaban en el sofá de la sala y velan películas de todo tipo.

Ese día Yeosang tenía que hacer el desayuno, no es que fuera un experto en la cocina, pero al menos podía hacer cosas sencillas. Sin embargo tuvo que apagar la estufa al escuchar el timbre y luego insistentes golpes a la puerta, le pareció raro porque usualmente desde la recepción le avisaban si alguien iba a visitarlos.

Se acercó lentamente a la puerta y no tuvo que olfatear tanto, el típico olor dulzón de Ryujin se podía sentir, sin embargo este parecía envuelto en una amargura terrible que hasta daban ganas de vomitar. Respirando hondo, se deshizo de los pantalones deportivos que tenía quedando solamente con la gran camiseta que Yunkang le había prestado pero que tenia el olor de Yunho y Hoyun también. Entonces abrió la puerta y la vio, estaba allí molesta, bien arreglada como siempre pero con un humor de los mil demonios.

—¿Necesitas algo? — cuestionó Yeosang sin abrir demasiado la puerta

—¿Dónde está? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué hueles a MI alfa? — cuestionó molesta intentando pasar, siendo detenida por Yeosang

—No sé de qué alfa estás hablando, yo solo porto los olores de MIS alfas — sonrió con autosuficiencia

—¿Tus? ¿Acaso eres una puta como para andar con los tres al mismo tiempo? — cuestionó aun más molesta si es que era posible

—Qué pena por ti — negó haciendo un puchero pero con los ojos frios — Alejate de Yunho, él es MI alfa y no dejaré que ninguna perra me lo arrebate

—¡No tienes derecho a alejarme de él! — exclamó

—Claro que lo tengo, tú lo estabas matando poco a poco y créeme, me estoy conteniendo por no dejar salir a mi lobo aquí mismo para no matarte — sonrió de manera tensa — Te lo estoy pidiendo de manera amable, alejate y déjanos en paz de una maldita vez

—No me voy a alejar — nego — Tu no eres nadie para ordenarme, tú y esos malditos alfas de pacotilla me las van a pagar, se los aseguro

—Creo que sigues sin entender — suspiró cansado — Yo soy el Omega Luna de Gwangju, está en mi poder exiliarte o matarte de ser necesario, tengo suficientes pruebas en tu contra como para llevarte a juicio, para que todo el pueblo de Gwangju sepa los crimines que has cometido en contra de los próximos líderes — explicó de manera seria, tanto que la omega retrocedió un par de pasos
—Piénsalo dos veces antes de meterte con nosotros, porque te juro que haré tu vida miserable si llegas a siquiera verlo de lejos ¿estamos? Si quieres meter abogados o policía, hazlo porque nosotros estamos preparados para lo que venga.

—¡Malditos! — chilló una vez más antes de irse

Yeosang se acercó al teléfono del pent-house y llamó a recepción, Shin Ryujin no podría siquiera pasar frente al edificio nuevamente. Después de suspirar profundamente, tomo de nuevo los pantalones y se los puso, aunque escucho un par de risas a lo lejos.

𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠 ♡︎ 𝐘𝐮𝐧𝐬𝐚𝐧𝐠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora