cuarenta y nueve

1.2K 74 5
                                    

Me desperté porque mi hijo lloraba, le di la teta, y se durmió en seguida. Vi a Fran dormir en el sillón, y quise conciliar el sueño un tiempo más pero no pude.

Me levante al baño, y a los segundos Francisco se hizo presente preguntando si estaba todo bien. Solo asentí, y volvió a la habitación.

-No pude seguir durmiendo- hablé.

-Ahora te agarra la crisis post parto?- habló y reí.

-No a todas le agarra.

-Hola mi amor- hablé alzándolo.

-Es un santo ese bebé- dijo mi ex novio.

-Todavía no vas a decirles el nombre?- preguntó.

-Se llama Francesco, pero todos piensan que se llama Luca- reí.

-Ay Eva, te van a linchar.

-Yo lo parí, yo decido- hablé y rio- Aunque Nico no quiere ponerle así.

-Por Fran no?- habló.

-Tan intuitivo.

-¡Buen día!- habló mamá abriendo la puerta.

-Hola bebé de la abuela- dijo alzándolo.

-Gracias Fran por quedarte- sonrío ella.

-Todavía no entendemos por qué te fuiste.

-No te quedabas vos?- dijo y yo negué.

-Vino a vernos, pero se quedó igual- hablé y ella rio.

-Ah que boluda. Perdón mi amor.

-No pasa nada ma- dije.

-Como andas Eri?

-Bien, ahora acompañando este nuevo proceso, deje de trabajar un poco.

-Hoy viene Rodrigo- dije contenta.

-En un rato llegaba- habló mi mamá- Vos Fran?

-Todo bien, estoy viviendo en España.

-Que alegría, muy buena noticia- dijo ella.

-¡Muy buenos días!- ingresó Rodrigo y al vernos se quedó parado.

-Me confundí de habitación o vos de padre?- habló y reímos.

-Yo también te extrañe pa- sonreí abrazándolo.

-Hola chiquitito. Que hermoso sos- sonrío dándole un beso.

-Como andas Fran?- preguntó saludándolo.

-Todo bien Rodri.

-Como estuvo la noche?- dijo mi papá.

-Bien, se quedó Fran. Porque vino a vernos, y mamá pensó que se quedaba- hablé y ella rio.

-¡Perdón! Error mío.

-Vivis en un mundo aparte querida Érica.

-Discúlpame Rodrigo perfecto.

-No empiecen.

-Nicolás?- preguntó mamá.

-Nico creo que venía a mitad de mañana o en un rato.

-Te enteraste que Fran está en España?- dijo mamá y Rodrigo asintió.

-Te cuida al pibe, y no lo invitas al casamiento- dijo papá y reímos.

-Lo llevamos de niñero- hablé.

-Permiso- dijo mi novio, y su cara al vernos fue de otro mundo.

-Vamos saliendo- dijo Érica mirándome.

-Hola mi amor- sonreí al verlo.

-Te esperamos afuera- habló cerrando la puerta.

-Gorda, hay algo que me quieras contar?- dijo el.

-Fran se quedó a la noche. Hubo un error con mamá y se fue.

-Tu ex no vive en Europa?- habló y alzó a su hijo.

-Vive en Europa, y nos vino a ver. Nada más.

-Te vino a ver, y encima pasa la noche acá?- dijo.

-No voy a pelear. Tiene menos de veinticuatro horas de nacido.

-No estoy peleando.

-Buen día, nos llevamos al gordo para control, nos acompaña su mamá- dijo una enferma y asentí.

-Eva, no te entiendo.

-Que no entendes?- pregunté- Francisco vino a vernos, y mi mamá se fue, y se quedó él con nosotros.

-Vos me estás viendo la cara de pelotudo?- dijo y reí.

-El que me cago fuiste vos, y me la banque a tu ex mujer, en cumpleaños, navidades, etc.

-No podes vivir del pasado- habló.

-Francisco fue mi compañero, y si él hubiera sido papá, yo también me hubiera tomando un avión para ir a verlo por todo el cariño que le tengo.

-Tu compañero y el amor de tu vida. Para qué seguís estando conmigo?- preguntó.

-Ah, pero la que vive del pasado soy yo.

-Es que trató de entenderlo, y no puedo- dijo.

-Gordo, tranquilo que no te voy a cagar con mi ex, no tengo un cartel que dice Nicolás Otamendi.

-Te estás yendo al pasto- habló.

-Vos ya te fuiste desde que pusiste un pie acá, y empezaste con este planteo, que ambos sabemos que no tiene sentido.

-Ok- habló, y se fue de la habitación.

Francisco volvió a ingresar con Rodrigo, y solo se quedaron en silencio. Érica volvió a ingresar con Fran, y nos quedamos charlando.

-Me tengo que ir Ev. No te quise causar problemas.

-No te preocupes Fran. Gracias por venir, me puso muy feliz verte- hablé abrazándolo.

-Te quiero mucho. Cuídense- habló dándome un beso.

-Si mañana le decís que vuelvan, lo tenes en el altar.

-Es más bueno que el quaker- dijo Érica y reímos.

Nicolás se hizo presente en la habitación con Francesco, y mis papás se fueron. Nos quedamos los tres solos, pero a Nicolás no le di bola.

La médica, y mi partera, me hicieron firmar el alta, por ende me podía ir a casa.

La vida con vos | Nicolás OtamendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora