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Samantha es una chica dulce, amable, respetuosa y linda. Ella no tiene amigos porqué no es muy sociable. Pero un día consiguió un amigo que le cambió la vida por completo.
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Nolan es un chico, frío pero con un gran corazón, es lindo y no tiene amigos pero el le habla a Samantha y cambio todo. ———————
Narra Samantha: estaba caminando por el pasillo de mi escuela con unos cuantos libros. Vi a unos chicos no muy confiables. Venían a dirección mía con caras de enojo y asco. Estaba muy nerviosa y asustada ya que pense que me harían algo.
No me dejaron terminar la palabra y me aventaron todos los libros que tenía. Mis ojos estaban cristalizados, en realidad no quería llorar. Hice todo el esfuerzo pero no pude controlar las lágrimas.
- Ay la niña empezó a llorar, llorona - ¡Hey!, ¿Cuál es tu problema?
Vi un chico alto, con lentes y... ¿lindo? Que vino a defenderme estaba tan aliviada porque pensé que los chicos me harían algo no muy bueno.
- ¿Cuál es tu problema? No te metas en lo que no te importa. - Mi problema es que estás molestando a una chica que no te a echo nada. - ¿Y eso te importa? - Claro que si, todos los malditos días te la pasas molestándola.
El chico solo hizo una cara no muy agradable y se fue con los otros chicos.
- Hola, ¿estás bien? - Hola, si. Muchas gracias por defenderme enserio. - no te preocupes, por cierto, ¿Cómo te llamas? - me llamo Samantha, ¿y tu? - Nolan. - Mucho gusto, Nolan - el gusto es mío Samantha. ¿Te gustaría ir a comer conmigo a la cafeteria? - ¡Claro!