Yum! ; Luckity🔞

O1. massage

Pertenece a la historia:
Husbands.

Era habitual que cada mañana se tomara un pequeño tiempo para leer el periódico de Karmaland y disfrutar de una taza de café antes de iniciar con sus labores del día, era el alcalde de un pueblo en gran crecimiento y eso significaba que tenía bastante trabajo por delante, en sus comienzos terminaba muy agotado al final de cada día pero ahora contaba con el apoyo de su mano derecha y esposo, quién había decidido acompañarlo y ayudarle en todo lo que podía. Se sentía muy agradecido con Luzu, desde que se unió a los asuntos de la alcaldía ha podido sobrellevar todo sin sentir el agobio, estaba en su buena época y viendo que sus planes iban por el camino correcto en donde no podía fallar, el manejo de ambos lo hacía posible. Cuando se detenía a observar lo que lograba su pecho se hinchaba de orgullo y más cuando en su trono lo compartía con el ser que lo complementaba, muy el fondo sabía que estaba armando éste imperio para ellos y poder vivir felices.

Quackity tomó asiento en uno de los sofás que hay en el despacho, sujetando el periódico para saber que había de interesante en Karmaland, mirando de paso que las tonalidades que poseía era una combinación de los dos alcaldes y en la pared estaba el gran retrato de ambos, le había gustado que fuera Luzu el que le haya dado un toque personalizado y agradable a su lugar de trabajo. Además de que solía pasarse ratos admirando la obra de arte, verlos juntos siempre le daba la sensación de poder y dominancia, eran dos líderes que lograban tener todo bajo su control.

Entonces la puerta se abrió dejando pasar a su secretaria con su café, dejándolo sobre el escritorio e informando que su socio tardaría en llegar, también mencionando que su esposo ya había terminado su reunión con los ministros de urbanismo y defensa. Después de que ella se retirara, Quackity fue por su café y endulzar a su gusto, en poco minutos llegó el segundo alcalde de Karmaland y le sonrió cuando ambos se vieron.

——buenos días, cariño—. saludó Luzu, aproximándose al azabache y dejar un beso en su mejilla. ——disculpa por no haber desayunado junto a tí, Vegetta y Willy pidieron reunirse a primera hora de la mañana—.

——no te preocupes, ayer me dijeron que necesitaban hablar contigo también sobre la llegada de nuevos comerciantes—. Quackity bebía su café aún leyendo el periódico, aunque a veces dejaba la taza sobre el escritorio y se tocaba el hombro, sentía dolor en esa zona por dormir en una mala posición en la noche. Tal vez unos masajes podían aliviar su malestar. ——Luzu, ¿me haces masajes? me duelen los hombros—.

——ay tus hombros otra vez, ve a tu asiento para que pueda hacerlo—. pidió el castaño caminando hacia la silla, iba a intentar calmar el dolor de sus hombros.

Quackity se sentó recibiendo ligeros apretones de los cuáles se quejó un poco, Luzu lo regañó por dormir como si hubiera caído de un quinto piso, no entendía cómo se sentía cómodo en la cama estando tan chueco. Los masajes comenzaron despacio, haciendo presión suavemente y tratar de quitar la tensión que llevaba, Quackity se fue relajando ante los movimientos cuidadosos que su contrario hacía, ignorando que Luzu le decía que debía conseguirse una almohada más cómoda y deshacerse de esa cosa que llama almohada.