Cuatro

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―Quiero creerte, aunque necesite recordar para estar segura ―la beso.―. Me gustaría que me lo cuentes, te juró que seré fuerte.

Ahora que se lo había dicho, Jennie llegó a la conclusión de que realmente quería esa pequeña ayuda, empujarse a confrontar ese tipo de momentos estimulan la memoria, que a fuerza de dolores de cabeza acaba moviéndose.

―Bien, si eso quieres, solo prométeme que no saldrás corriendo. ―se mordió el labio inferior, nerviosa.

Lisa podía soportar que el país entero la tache de loca, soportaría ser culpada y encerrada donde quieran, pero si Jennie, si su omega pensará eso de ella la haría pedazos.

―Te lo prometo, amor, no tengas miedo. ―esas palabras llenas de comprensión eran el impulso que necesitaba.

―Gracias ―dejó un corto beso en su frente, respiró hondo y habló,―, estaba fuera de mí, frustrada, enojada, solo quería desahogar toda mi rabia y acabar con Jisoo, lo mismo ella conmigo ―sus manos temblaron.―, cuando te interpusiste entre nosotras, Jisoo te golpeó el rostro, te arañó y comenzaste a sangrar, me enojé tanto que me puse frente a ti, antes que ella lanzara otro golpe y te empujé con todas mis fuerzas, no sabía lo que hacía, s-solo pensaba en alejarte de ella... ―sus lágrimas ganaron.

Jennie guardó silencio, procesando la información recibida. Tragó saliva y se tocó el rostro, ya no tenía grandes cicatrices, pero sentía marcas en su piel, tres líneas oblicuas le cruzaban la mejilla izquierda.

―¿Me estabas protegiendo, o me querías lejos de ella? ―indagó Kim, sintiéndose tan mal.

―Y-Yo, t-te protegía, ella quería atacarte y reaccione a-así. L-Lo juro. ―Lisa quería arreglar cada cosa que había hecho, de cierta forma, intencional o no, tenía la culpa.

No solo Manoban, su hermana también era culpable de eso. Las dos actuaron cegadas por el impulso.

―Pudiste detenerte cuando te pedí que lo hicieras. ―susurró, tenía que calmarse. Jennie le había pedido que diera su versión de la historia, sin embargo en este momento era difícil saber si estaba bien sentirse así de molesta.

―J-Jennie, no escuchaba a nadie, solo veía sangre, actúe como un animal, no íbamos a parar hasta que una cayera y lo sabes. ―apuntó.

Golpe bajo, era obvio que la morena intervino para evitar una muerte, sabía que verla dañada era suficiente para detenerlas. Ella misma se abalanzó a ellas como un sacrificio, y estos nuevos sentimientos le hacían sentir contrariada.

―Es una lástima que verme herida sea lo único que las detenga ―se levantó de su asiento.―, ¿Cuánto tiempo más voy a sufrir para que ustedes no se acaben matando? ―se apretó con fuerza la muñeca, reprimiendo su ira.― N-No quiero estar molesta contigo, pero no puedo evitarlo.

Lágrimas amargas rodaron por sus mejillas, odiar a Lisa es lo último que quería hacer. El ser humano se comporta de esa forma, pide la verdad y luego reniega de ella. Jennie estaba odiando esa verdad, prefiriendo no saberla. Lamentando haberse apresurado.

―Estás en todo tu derecho de estar enojada ―la pelicaoba se acercó, mirándola de frente, le acarició la mejilla y quiso besarla, más Jennie se negó.―, ¿Qué pasa? ¿Me odiarás también?

―Lisa, esta es la vida real, no voy a arreglar nuestros problemas con un beso ni con sexo en el baño. No me pidas amarte en cinco minutos ―se apartó, dándole una última mirada cargada de dolor,―, en lugar de dominar mis emociones, trabaja duro y dame un motivo para seguir confiando en ti, no creas que por ser alfa tendrás todo siempre, este no es un guión donde la alfa es la más deseada y popular, y yo no soy la omega sumisa que se dejará pisar la cabeza, haz algo por ti y por mí ―respiró hondo,―, no se trata de odiarte o no ―caminó hacia ella, fijando su mirada en sus ojos,―, tenemos un hijo, por él debo procurar que esto no se repita nunca más, se que tú y Jisoo lo están haciendo bien, por favor ―sollozó.―, hagan las cosas bien, por que si vuelven a fallar mi sangre no volverá a derramarse por ustedes.

Lo tenía claro, de aquí en más la respuesta era una sola, si Jennie tenía que elegir, elegiría a su hijo sin pensarlo. Aunque eso signifique alejarse de esas alfas para siempre. La pelinaranja debía darle una madre a su bebé, no un cuerpo que termine herido cada que las cosas se salgan de control.

Le dió la espalda a Lisa, caminando a la salida. La alfa la siguió y abrazó la cintura de la omega.

―Por favor, perdóname. ―rogó, arrepentida.

―Lo haré ―murmuró―, ya no vamos a fallarnos, ¿Cierto? Haremos lo mejor que podamos, haz las paces contigo misma ahora que lo hiciste con tu historia.

Se soltó del agarre y salió de allí, pues Jennie la entendía, la alfa había hecho las pases con Jisoo, pero no consigo misma, aún se castigaba por lo ocurrido, si bien la omega estaba muy dolida por ser objeto de violencia, no le quedaba más que esperar el mejor resultado de todo esto.

Fidelidad | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora