♠Kira♣// Zenón Zogratis [Pausada]

Capitulo 12

Al abrir los ojos lo único que visualice fue el ya conocido del techo. Estaba tranquila aun que aun asi mis ojos querían cerrarse. Mire a un costado cuando sentí la presencia de alguien mas, al girar note como Natch estaba dormido a un lado con su cabeza apoyada en la pared.

Suspire y con cuidado me senté en mi cama, lleve una mano a mi cabeza ante el leve dolor que sentía en esta. Cerré los ojos mientras fruncia el ceño. Volví mi vista cuando sentí otra mano en las mías, me encontré con la del peliblanco quien estaba atento a mis movimientos.

-¿Estas bien?- pregunto este con tranquilidad.

-Si- susurre en respuesta. En cambio el contrario en lugar de apartarse solo tomo un mechón que estaba en mi rostro y con delicadeza lo coloco detrás de mi oreja. Mi corazon palpitaba demasiado rápido en mi pecho y no se si el se daba cuenta de eso.

- Me contaron lo que hiciste allí- dijo apartándose. Lo mire unos segundos y luego mire hacia la puerta.

- Prácticamente nada- bufe- solo me atrapo ese demonio con esa... cosa viscosa- hice una mueca de asco al recordar- luego solo me desmaye por la falta de oxigeno- cuando volví mi vista al contrario este estaba algo sorprendió- ¿que?

- ¿No recuerdas nada mas después eso?- pregunto frunciendo el ceño. Ladee la cabeza a un costado.

-¿Debería?- pregunte con duda.

- Ya vuelvo- se levanto de la silla y salió del cuarto. Me puse a pensar para ver si recordaba algo mas pero no era asi. Mire por la ventana como los pájaros cada tanto pasaban por la ventana. Me sonroje al pensar en Natch.

Se que habíamos discutido y no habíamos vuelto a hablar hasta ahora pero...¿Desde cuando estaba allí sentado?¿Tanto le preocupaba? suspire y volví a acostarme en la cómoda cama, mire una vez mas el techo.

Debía admitirlo, el peliblanco me gustaba desde hacia ya mucho tiempo pero no sabia si decirlo o no, no deseaba arruinar la amistad que teníamos y ya de por si sabia cual seria la respuesta en caso de que se me escapara decir mis sentimientos.

Narrador Omnisciente

- Vaya, eso si no lo esperaba- dijo Julius pensativo ante el reporte que le acababan de terminar de contar. Se encontraba reunido junto a Yami y Morgen. Quería saber todo al respecto, no era de sorpresa, se trataba de su hermana.

La puerta de la oficina fue tocada por lo que el rubio dio el permiso y esta se abrió dejando a la vista al albino de los gemelos.

-Natch, que sorpresa, crei que estarías en la habitación de Tn- dijo el futuro rey mago.

-Si, de allí vengo- suspiro el pelinegro, todas las miradas estaban en el- acaba de despertar- aviso, todos se sorprendieron ante aquella noticia, no habían pasado mas de tres horas de haber vuelto.

- ¿Enserio?- el rubio se levanto de su asiento- ¿dijo algo, como esta?

-Con respecto a eso- suspiro- dijo que no se acuerda de nada a partir de que el demonio la encerró- comenzó a explicar- que luego de eso en algunos minutos se desmayo por la falta de oxigeno y que de ahí no sabe nada- Julius pensó un poco en aquello frunciendo el ceño.

-¿Deberíamos de decirle?- pregunto Yami.

-No- dijo de forma rápida el rubio, por poco y todos se estremecieron ante aquella palabra, había sido dicha con tanta sequedad y seriedad seguida de una mirada gélida y perdida por parte del contrario que, por poco, creyeron que alguien mas se las había dicho. Luego de unos segundos el contrario suspiro- no quería hacer esto- se había relajado y volvía a ser el mismo- Tn no volverá a salir a una misión.

- Pero ella..- quiso, por un momento, el peliblanco decir algo al respecto, Julius estaba expectante ante sus palabras pero el chico solo no dijo mas nada. El había estado de acuerdo con que la chica no hiciera mas misiones, no iba a contradecirse- no, nada.

Narra Tn

Tenia el brazo tapando mis ojos aun acostada. No quería ni imaginarme que diría mi hermano ante lo que paso. Sabia lo sobreprotector que era hacia mi. No quería llorar pero aun asi ya lo sabia, dejaría de hacer misiones, no era tan ingenua.

Las lagrimas comenzaron a acumularse por mis ojos y caían de a poco, no quería llorar, en algún momento alguien del gremio entraría y me encontrarían asi. Que patético, yo era patética. Era débil. Fruncí el ceño cuando escuche un repiqueteo en la ventana.

Mire hacia allí y abrió los ojos por la sorpresa. Me levante mientras frotaba mis ojos, no quería que fuera mentira, pero allí, del otro lado se encontraba el cuervo sin su pata, con un hueso artificial. Con cuidado abri la ventana y este entro dando saltitos, me miro por unos segundos y espero.

-H-hola- dije tartamudeando. Le di unas caricias mientras que le quitaba el hueso artificial, lo abri y sentí que mi corazon iba a salirse por todas las emociones juntas que estaba experimentando, solte un sollozo mientras tomaba el pequeño papel y las lagrimas bajaban en mayor cantidad.

"¿Sigues ahí, niña del reino del reino de Trébol?"

Solte una risita ante aquel mensaje y no tarde en correr hasta el escritorio para responder el mensaje. Ya habían pasado años desde la ultima carta y con todas las noticias que llegaban ya había comenzado a creer que no volvería a saber de el, de Zenón Zogratis.

Narrador Omnisciente

Reino de Pica. Castillo.

En una de las habitaciones con un gran ventanal que daba hacia el exterior, se podía ver una figura para de forma recta con las manos en sus bolsillo mientras miraba con su vista inexpresiva hacia afuera de los cristales.

La nieve caía con tranquilidad mientras el de cabellos negros desordenados y ojos azules miraba. No escuchaba a su alrededor, solo se centraba en la blancura afuera. Sintió luego de unos segundos de silencio los pasos infantiles que daban leves saltitos.

- ¡Zenón!- dijo la contraria con cierto berrinche- me hiciste caminar mucho para buscarte- se quejo, el contrario solo se dio vuelta sin cambiar su expresión.

-Hubieras mandado a alguien en mi búsqueda- contesto en cambio el pelinegro.

- No importa- dijo sin mas- debemos irnos, es hora de la cena y Dante quería decirnos algo- sin esperar una respuesta esta se fue de aquella habitación. El de cabellos negros desordenados miro de reojo la nieve a sus espaldas una vez mas y simplemente salió de allí.