picahielo

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Aiko no tenía ganas de moverse, ni siquiera de mover un dedo, pues se quedó en el suelo de los baños de las chicas con su cabeza entre sus piernas aunque no era muy higiénico.

Sin embargo, tuvo que levantar su cabeza empapada de lágrimas cuando escuchó la puerta del baño abrirse bruscamente.

La rubia fresa que defendió hace unos minutos estaba frente a ella, las dos se miraron en los ojos por breves segundos y Aiko notó que el maquillaje de Lydia estaba corrido y la pobre estaba llorando a chorro. Se levantó rápidamente del suelo y recuperó su bolso que permanecía sobre el lavabo.

— Perdón, no quería... — se disculpó Lydia con una voz ronca mirando fijamente a Aiko.

— No pasa nada, estaba a punto de irme. — aseguró la Argent sonriendo levemente.

— Tu eres la chica que me defendió en los pasillos. También eres la famosa prima de Allison, Aiko, ¿ verdad ? — preguntó la rubia fresa.

— Sí, esa soy yo. Veo que te hablaron de mi. — respondió Aiko

— Muchas gracias. —

— No tienes que darme las gracias, cualquiera persona haría lo mismo. —

— Había un montón de alumnos en los pasillos y ninguno de ellos vino a rescatarme, te mereces las gracias, de verdad. — sonrió Lydia sobando su nariz.

— De nada. — sonrió Aiko frotando sus manos contra sus muslos. — Debería irme. No quiero llegar tarde al almuerzo. — se disculpó pasando al lado de Lydia para dirigirse hacia la puerta.

— Vale, hasta la próxima. —

❄️❄️❄️

Aiko entró en la cafetería buscando un asiento, suspiró al percatarse de que ninguna de las mesas estaban vacías.

No tuvo otra que acercarse a una mesa ocupada por una sola persona, era un chico de piel morena y cabello corto vestía un simple suéter gris. No era la primera vez que veía al chico comer solo es que nunca tuvo la necesidad de hablar con el, hasta hoy.

— Disculpa, ¿te importaría si me sentará aquí? — preguntó con una mueca.

— No, el asiento es todo tuyo. — respondió el del suéter, Aiko agradeció este con una sonrisa y se sentó frente a él dejando su bolso sobre la mesa.

No tuvo ni un segundo para abrir su cartera que un chico con el cabello rapado se acercó a su mesa, Stiles.

Al principio, el de lunares se asustó al ver a la rubia pero dejó este sentimiento de miedo de lado y se sentó a su lado para estar al frente de Boyd.

— Boyd, ¿tienes las llaves? — preguntó Stiles intentando ignorar la presencia de Aiko, pero era muy difícil ya que podía sentir su mirada sobre él.

Vernon extendió su llavero con un par de llaves colgados, Stiles sonrío levemente antes de mirar a su alrededor - evitando la mirada de Aiko quien le miraba confundida -. Agarró las llaves con la intención de irse pero Boyd las aguanto con más fuerza impidiéndole llevárselas.

— Esto no es un favor. — recordó Boyd mientras Stiles seguía estirando las llaves, quejándose. — Es una transacción. —

— Sí. Claro. — asintió el de lunares, dirigió su mano a su bolsillo y sacó un billete de 20 dejándolo sobre la mesa.

— Dije 50. —

— ¿De verdad? Yo... Recuerdo que dijiste 20. No lo sé. Tengo una memoria verbal excelente y dijiste 20. Recuerdo bien el inicio, "vein" Veinte. — se justificó Stiles.

𝐏𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 ━━ 𝐭𝐞𝐞𝐧 𝐰𝐨𝐥𝐟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora