Obito resulta ser una compañía extrañamente agradable. Hinata nunca fue de las personas que hablaban o iniciaban una conversación, era ese tipo de persona que prefiere escuchar y prestar atención a sus acompañantes, en especial cuando eran personas como Obito. En cierta forma le recordaba a su ex prometido Kiba, ambos eran grandes habladores y chicos que reflejaban el sol en sus ojos y sus sonrisas.
—Entonces Madara se casó con Naori Uchiha y tuvieron a su único hijo Kagami, que luego tendría a Fugaku mi tío, e Izuna mi padre; que luego nos tendría a mí y mi hermano menor Shisui mientras Fugaku se casaría dos veces, en su primer matrimonio con Lady Ursa tendría a su príncipe heredero Itachi y en su segundo con Lady Mikoto al príncipe menor Sasuke. ¿Alguna pregunta?
—¿Itachi no es hijo de Mikoto?
—Es un tema demasiado delicado para hablar. La madre de Itachi al igual que tú se creía era descendiente del avatar Ko, solo cuando Itachi nació se confirmó la falsedad de su identidad y... muchas cosas pasaron. Luego el padre de Mikoto logró hacer grandes conquistas en los pueblos fronterizos del reino Tierra que lo ascendió como uno de los comandantes generales de la mesa del Señor del Fuego Kagami donde mi tío y su ahora esposa se conocerían.
—Vaya...
Habían llegado hasta lo que se conocían como los jardineas reales. Cada mujer de la familia poseía una extensión de ellos, aquel en el que se encontraban había pertenecido a la ex emperatriz. Eso explicaba su casi inexistente cuidado desde su muerte, las flores se habían marchitado hace ya muchas primaveras y las malas hierbas habían tomado el lugar, siendo lo único que iluminaba el lugar el pequeño estanque con crías de patos bebes que habitaban en el.
Obito y ella tomaron asiento en el pasillo de madera que conectaba el jardín con la parte trasera de las habitaciones reales. Las sirvientas les habían ofrecido aperitivos y algún cojín para su comodidad, pero ambos habían desistido contentos con solo mirar al estanque.
—Si mucho drama familiar para comprender a esta familia. Te digo todo esto para que no ofendas con tus palabras a ninguno de nosotros, nunca cometas el error de decir que Mikoto es la madre Itachi, ella siempre está diciendo que ambos son sus hijos, pero si quieres una buena relación con tu prometido es mejor no hacerlo.
Por lo que sabía ya había conocido casi por completo a casi toda la familia Uchiha residentes en palacio a excepción del hermano menor, el príncipe Sasuke, quien se encontraba actualmente de misión fuera de la Nación. Todos los hombres Uchihas al parecer eran soldados activos del Ejercito Imperial, Obito por excelencia era uno de los comandantes de mayor rango dentro del ejército.
El como había adquirido sus cicatrices era un misterio, y Hinata creyó que era demasiado pronto para preguntar acerca de ellas.
Una de las sirvientas encargada de los jardines reales se acercó a ellos, la cena pronto estaría servida y Lady Mikoto estaba buscándola por todas partes luego de no encontrarla en sus aposentos. Se requería su presencia de inmediato en palacio.
—Yo te escoltare devuelta personalmente —habló Obito a su lado— Si digo que fui yo quien tomó de tu tiempo, no tendrás ningún problema con tía Mikoto. Solo no menciones que hemos estado aquí.
Hinata acepta sus palabras caminando un paso detrás de él en dirección al comedor principal, había dicho que quería cambiar su atuendo antes de la cena (no quería que nadie más la confundiera con la servidumbre, tampoco ofender al Señor del Fuego que podría tomar su vestimenta como inapropiada), pero Obito no se lo permitió dirigiéndola directamente en donde todos (a excepción del Señor del Fuego) se encontraban esperándolos.
Incluso con Izumi sentada junto a su prometido.
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Desde las cenizas
Fanfiction──Los sabios del fuego lo han decretado. La unión entre el príncipe del fuego y la nieta del avatar producirá un linaje de gran poder. Uno que ayudará a asegurar el mandato de la familia real por siglos incluso después de la muerte de Fugaku Uchiha...