Ante cualquier intento de huida, su amor... su fingido amor me hacía su sumisa, su esclava; una persona sin amor por sí misma.
Tenerlo cerca, me convertía en alguien que dejaba su vida a un lado por formar parte de un engaño; de una persona sin alma. Yo sola me abrazaba una y otra vez al cactus. Un cactus que muchas veces me soltaba.