Un recuerdo fantástico surca por mi mente, un recuerdo de aquellos que no puedes escapar, es indescriptible y casi imponente. Aún recuerdo sus ladridos reverberando por toda mi habitación, yo sé que no era su intención despertarme, pero tan solo ver...
La escarcha en mi ventana aparece junto con el invierno, así como mis lágrimas de perro, arrinconado en un rincón, recuerdo el sonido del silencio de una noche truenos y vientos violentos Arrinconado en un rincón, recuerdo la fatiga y el desasosiego al escapar por pasadizos truchos y estrechos.
Al oír mi corazón, salir de mi pecho, mi alma agonizaba y no tenía mérito al encontrarme por fin fuera de peligro, los gritos de las sirenas consumieron mi reposo destrozado y sin aliento, desfallecí y quede en silencio, pero al poco tiempo unas manos tibias me tomaron por mi pecho y una manta calentita cuya sanción no logro explicar me elevaron hasta ponerme a salvo.
Ahora, arrinconado en un rincón, espero la llegada de esas manos cálidas para que me tome por mi pecho y me acaricie todo el tiempo, y al fin sentirme en paz, la paz de volver a estar en tus manos, mi querido amigo.
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