La teoría del Caos

El Rey troll

El troll del Rey.

Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.

Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei

Shiva, el Dios hindú de la renovación, caminaba tranquilamente con sus cuatro brazos cruzados detrás de su cabeza y dos de sus cuatro ojos cerrados, en dirección a la arena.

Estaba a nada de llegar al acceso a la escalinata que lo llevaría al escenario, cuando fue interceptado, no por Zeus, si no por su esposa Parvati junto a su hijo Ganesha.

-¿Que pasa cariño?- pregunto Shiva sonriendo alegre- ¿piensas darme algo para la buena suerte? No será necesario, acabaré esto en un instante.

-Padre, no es eso- negó Ganesha respondiendo en lugar de su madre- he tenido un vaticinio, quien sea que luche contra el próximo humano, morirá sin remedio.

-Sabes que nuestro hijo, cuando tiene uno de esos vaticinios jamás se ha equivocado- dijo la hermosa Parvati, con sus cuatro ojos rojos rubí, mirando con mucha preocupación a su amado esposo- te lo pido por favor amado mío, al menos en esta ocasión no luches.

-¿Y manchar mi honor?- pregunto con enojo Shiva- ¡Nunca!

-¡Ah, con que ahí estás!- oyeron la voz de Zeus, los dioses hindúes- que bueno que te alcance, quiero pedirte un favor- dijo sonriendo con malicia el Rey del Olimpo.

-Si quieres que haga sufrir a ese humano en la venganza del pobre Thor, creo que eres el menos indicado para hacerlo- dijo socarron Shiva.

-No es eso, aunque está relacionado- admitió Zeus- también eres una de nuestras cartas más fuertes, pero prefiero ser yo quien aplaste al siguiente humano para que vean esos tontos que lo de Thor fue solo un accidente.

-Viejo, no me jodas….

-Insisto- dijo Zeus colocando de manera persuasiva su mano sobre el hombro de Shiva- déjame a mí, este combate.

-De acuerdo- chasqueo la lengua Shiva- pero vas a tener que compensarme está.

Zeus fue quien abrió la puerta y se dirigió a la escalinata, sería quien enfrentaría al segundo humano de otra dimensión.

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Palco especial.

-¡Manos les faltaron para pelearme la…!- reía burlón Shiro Yoku al ver que ganó la serie Piedra, papel y tijeras en la que se decidiría quien iba a invitar la cena.

-No es justo, siempre me toca a mí- dijo con mal humor un joven rubio de ojos verde esmeralda, vestía una camisa blanca, pantalones negros, bostonianos negros y llevaba puesta una bata de laboratorio con varios bolsillos en ella, al igual que un zurron que se veía repleto, aunque estaba bien cerrado.

-Ya, no te quejes Chusai- dijo otro de los Generales, un peliazul de ojos grises, que vestía a la usansa tradicional de los samurái, con todo y katana bajo su Obi de color rojo.

-Cómo sea- se cruzó de brazos el joven mientras veía a Shiro hablar con Konran que sonrió de manera traviesa al terminar de hablar con su marido.

-¿Que?- pregunto un muy atractivo hombre de rasgos egipcios, vestido totalmente de negro con ropa muy suntuosa, al notar la mirada curiosa que Geir le daba.

-¡Nada, nada!- dijo muy intimidada la más joven de las Valkirias- solo me parece curioso que esté con este grupo.

-Es una historia graciosa e interesante- dijo sonriendo con diversión Nefren Ka, ganando la atención de Geir- te la contaré después.