Terrible compañero de cuarto

Capítulo 44:

Capítulo 44: Todo se va a la mierda, Dia 9, Nuestro amigo Tomura sigue siendo un desastre

El primer día de Shigaraki de ser abandonado por All for One estuvo lleno de grandes proclamas y planes estúpidos. Lo habían teletransportado a un callejón al azar en las afueras de la ciudad, vomitando mugre negra y maldiciendo ese método de teletransportación y al hombre que lo usó con él.

Esa noche, un puñado de lugareños informaron haber visto a un hombre paseando de un lado a otro en un parque despotricando sobre su deseo de destruir todo mientras estaba descalzo y en pijama. Kurogiri simplemente se sentó en un banco y vigiló a su pupilo, explicando a algunos peatones que él era el guardián del joven y solo estaba esperando que se agotara. Afortunadamente, eso fue suficiente para que solo asintieran con simpatía y siguieran adelante.

Shigaraki se acercó después de que los corredores al azar se fueran, “¿Qué querían? Los mataré también. Después de que destruya a Sensei y todo lo que tiene. Se supone que debo destruir todo lo que odio, ¿verdad? Sensei hizo que lo odiara, eso significa que necesito destruirlo”.

Otras proclamaciones incluyeron su plan para apoderarse del país, matar a All Might, destruir a todos los héroes, matar a todos y matar a su Sensei. No le importaba que matar a su Sensei para demostrar su valía a su Sensei no tendría sentido para la mayoría de las personas, eran novatos e idiotas porque sus planes tenían perfecto sentido.

Un par de veces comenzó a elevarse en el aire mientras despotricaba a nadie en particular, y Kurogiri simplemente lo agarraba por el tobillo y tiraba de él hacia abajo antes de que se elevara demasiado. No durmió esa noche, estaba demasiado alterado por sus muchos sentimientos contradictorios para calmarse en lo más mínimo.

Sin embargo, esa actitud no duró. El segundo día, Tomura se estrelló y rápidamente se dio cuenta de las incomodidades de no tener hogar. Sus calcetines estaban empapados de barro y su pijama andrajoso ya estaba aún más sucio después de un día de furia en el parque. Sin mencionar el hecho de que no había comido, bebido o dormido en aproximadamente 24 horas.

“Kurogiri, tengo hambre. Ve a buscarme algo de comida".

“Yo también tengo hambre, Maestro Tomura. Como ya no puedo teletransportarme, nuestras opciones son mucho más limitadas. Sin embargo, nuestra falta de fondos significa que nuestra única opción real es robar”.

Tomura levantó las manos con frustración. "¡Entonces vamos a robar algo de comida!"

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Himari estaba sentada en el mostrador, ya había hecho nueve horas de su doble turno y estaba agotada por su trabajo en una franquicia de hamburguesas cuando dos hombres entraron al restaurante. Eran los únicos allí, ya que eran casi las 3 de la mañana de un día laborable, que no era exactamente la hora pico.

El primero en entrar tenía la complexión general de un adolescente, pero su piel estaba grisácea y cubierta de cicatrices quirúrgicas. Llevaba un traje que esperarías ver en un mayordomo, pero era al menos tres tallas más grande. Si eso no fuera lo suficientemente extraño, su cabello estaba hecho de niebla y ocasionalmente se movía para mostrar fragmentos de lo que parecía ser un cerebro expuesto, lo cual era más que un poco preocupante.

El hombre claramente había pasado por una prueba terrible y tenía una expresión tranquila y en blanco, como si hubiera muy pocos pensamientos detrás de sus ojos. Sin embargo, la otra persona era exactamente lo contrario. Donde el hombre brumoso con cicatrices estaba extrañamente quieto, casi vibraba de actividad. A ella no le gustaba juzgar, pero entre la falta de zapatos, los pantalones cubiertos de barro, el cabello y la cara sin lavar y la disposición generalmente maníaca, parecía probable que estos dos no tuvieran hogar (y probablemente drogados según el que se rascaba el cuello).