Mine To Hold [Malec] [Libro 1]

Capítulo 80

Tal vez sea la peor idea que Magnus haya tenido, o la mejor. No está seguro, pero la idea no lo dejó dormir durante días hasta que habló con su madre al respecto. Una cosa es dar más clases y posiblemente ayudar a Catarina a diversificarse más, y otra hacer algo para ayudar activamente a su compañero y otros autores omega (amigos) a publicar sus libros.

Empuja el formulario de solicitud de la fundación de su madre sobre la mesa del comedor y estudia el rostro de Alec mientras su pareja lee la propuesta. El pliegue en la frente de su alfa se hace más y más profundo, y Magnus se vuelve cada vez más ansioso. Alec piensa que es una mala idea, que no sabe lo que está enviando. Sin embargo, ni siquiera podrá hacerlo si Alec no está de acuerdo. ¡Leyes estúpidas!

Alec mira los papeles frente a él por un largo momento después de terminar de leer, luego se vuelve hacia su pareja. —Pensaste mucho en esto.

Magnus asiente, moviéndose en su asiento. —Mi profesor de BM lo revisó. Dice que parece sostenible, pero debería dejar que un consultor fundador lo revise. Maia dice que hay algunos específicamente para nuevas empresas omega.

—¿Escribiste esto en tu clase de computación? —Hay asombro en las palabras de Alec, y Magnus se relaja un poco.

—No. En mi teléfono.

Los ojos de Alec se agrandan. —Podrías haber pedido mi computadora portátil. Esto debe haber sido tedioso.

Magnus se encoge de hombros. —Necesitabas tu computadora para escribir. —Se humedece los labios. —Pensé que mi libro podría ser una gran apertura para la editorial. Y luego, podrías publicar libros tuyos que traten sobre omegas. Todavía podrías escribir bajo un seudónimo, por supuesto, si no tienes ganas de poner de esa manera. Podríamos publicar autores omega, y—

—¿Nosotros? Magnus, para que la subvención se lleve a cabo, solo los omegas pueden tener acceso a los fondos.

Magnus tuerce la cara por una milésima de segundo, pero se detiene. —Lo sé. Necesito aprender mucho, encontrar personas que sepan cómo funciona todo el negocio. Pero creo que llegaré allí. Y mientras tanto, podrías escribir mis memorias conmigo.

Alec lo mira por un largo momento. —No creo que sea una buena idea, Mags.

—¿Por qué no?

—Para empezar, soy novelista. Nunca he escrito no ficción. Y, por otro lado... —, se mira las manos, —no quiero que me digas cosas que no compartirías bajo otras circunstancias. Un escritor fantasma o autor de una biografía tendrá que hacerle muchas preguntas. No todo lo que compartirá terminará en el último borrador. No estoy seguro de si es una buena idea dejar que lo escriba alguien que sea tan cercano a ti.

Magnus asiente con comprensión. —¿Pero cómo encuentro a alguien?

—Podría preguntar. Estoy seguro de que encontraremos a alguien bueno.

—Así que, ¿apoyas mis planes?

Alec le sonríe suavemente. —Si esto es lo que realmente quieres hacer, por supuesto. Podríamos hipotecar el piso para que empieces. Necesitarás una oficina y almacenes.

Todo el rostro de Magnus se ilumina. —Pensé en eso. El papeleo que podría hacer desde casa. Las otras cosas serían independientes al principio hasta que pueda pagar los empleados regulares. Así que solo necesitaría una sala de almacenamiento, en realidad. Y eso está incluido en la tabla de la página 3. Sin embargo, podría ser útil si estuviera dispuesto a recibir un pago trimestral en relación con el volumen de ventas y no por adelantado.

La boca de Alec se queda boquiabierta. —¿Dónde aprendiste todo esto? Esto seguramente excede las clases que tomaste en el centro omega.

Magnus le da una sonrisa tímida. —Catarina me dio sus notas y libros de un taller de fundadores al que asistió antes de abrir su estudio. El resto lo busqué en Google.