Tras matar al joven lobo, el cazador se dirigió otra vez hacia la cabaña, donde mató a la matrona y al anciano, llevando a la niña consigo.
Después de varios años, la pequeña niña creció y creció hasta convertirse en una hermosa joven de tan solo 15 años.
Como ya sabréis el cazador la crió como si fuera su hija, nunca le contó a la chica que su verdadero padre era un lobo. Le contó una mentira, una mentira que le dolía a la chica. El cazador le contó que su madre murió por su culpa, que su existencia la mató, por eso ese hombre la maltrataba siempre, le gritaba, le pegaba...
La pobre chica siempre estaba triste, asustada, había crecido con miedo, y ya no lo soportaba, no quería vivir así.
Un dia era el festival de otoño que se celebraba siempre en la aldea, y todos se preparaban para asistir a la plaza mayor para ver los maravillosos espectáculos. El cazador y la joven se preparaban para asistir a la plaza hasta que la joven le dijo al hombre que esta vez no quería ir.
-Padre, yo no quiero ir a la fiesta-dijo la chica con firmeza
-¿La razón?-Dijo el cazador un poco enfadado
-Estoy bastante cansada, ayer no dormí muy bien, y como he ido en todos los años a este evento preferiría descansar.-La chica mantuvo su firmeza pero empezó a temblar al sentir que su padre se acercaba con pasos fuertes.
En respuesta de su padre le dió una bofetada que se escuchó por toda la casa.
Elisabeth al recibir esa enorme bofetada miró a su padre que la miraba fijamente.
El hombre estaba muy furioso, miraba a la chica con odio, y la pobre muchacha al ver a su padre con esa cara decidió salir de esa casa lo más rápido que pudo.
La joven se dirigió al bosque, cuando llegó la joven se dió cuenta de que se había perdido. En ese momento quería llorar, estaba asustada y lo estuvo más cuando escucho un ruido proveniente de unos arbustos. Lo que salió de los arbustos era un cachorro de un lobo, Elisabeth notó que el cachorro estaba mal herido así que se lo llevó a su casa para poder curarlo.
Ya en la casa Elisabeth quedó aliviada al ver que su padre no se encontraba en casa. La muchacha cogió un rollo de vendas, un poco de agua, desinfectante y empezó a limpiar las heridas con el desinfectante para que sus heridas no se infectaran, y por último le puso las vendas en sus patitas y lo dejó descansando en su cama.
2 horas después la muchacha se encontraba limpiando la casa, Elisabeth se fue a su habitación para ver si el lobo estaba bien y así fue, el cachorro estaba profundamente dormido, la chica por otra parte estaba contemplando al animal con ternura, ella nunca había visto un lobo de cerca. Todos del pueblo decían que un lobo era una criatura maligna que había nacido solo para matar, que fueron creados por los demonios, fueron creados para destruir a los humanos...
Al cabo de unos minutos se escucha el sonido de la puerta abrirse. Era su padre que venía muy furioso. Elisabeth al ver a su padre tan furioso y que en nada menos llegar el hombre empezó a tirar algunas sillas con su habitual fuerza acompañando con sigo su profundo odio hacia ella. Elisabeth miró en dirección a su cuarto para ver si el lobo seguía allí, el cachorro no estaba. La muchacha quedó aliviada al ver que el cachorro no se encontraba en la cama, pero por otro lado se preocupó.
-Lobito...-dijo en un susurro con un poco de preocupación.
Elisabeth estaba preocupada, asustada, su padre estaba apunto de darle otra paliza y para el colmo el lobo se había ido, estaba claro que la chica tenía mala suerte y ella lo sabía. Ella toda asustada lo único que pudo hacer era esperar el golpe que le iba dar su padre, pero ella en su interior quería evitarlo, en su interior quería evitarlo a toda costa ese golpe, "Esquívalo, esquívalo, ESQUíVALO!!" se repetía en su mente.
Y lo esquivó.
Elisabeth al esquivar el golpe empezó a correr hacia la puerta y se escapó de su casa.
Ella solo corría, quería correr de su horror, ella ya no podía soportar más convivir en esa casa, ella no quería seguir viviendo con ese hombre, quería ser libre, vivir en la tranquilidad, sin nadie cerca.
Elisabeth continuó corriendo, corría y corría, pero se detuvo por el cansancio. La muchacha al darse cuenta de donde se había parado se asustó. Elisabeth había llegado al bosque, el oscuro y profundo bosque donde abundaba la naturaleza, donde vivían los animales libremente. Elisabeth empezó a vagar por el oscuro lugar sin saber adonde se dirigía. Mientras caminaba observaba los alrededores llenos de árboles que contenían mucha vida con sus colores, también pudo ver algunos bajaros que canturreaban a su alrededor, conejos saltando, ardillas intentando coger sus frutos secos para poder comérselos y muchas cosas más. Alde unos minutos Elisabeth mientras caminaba sintió un fuerte viento en su cara, provocando que su peinado se desmoronara y se levantara con el viento. A ella le gusto esa sensación, su pelo volando con el viento, el aire en su rostro haciéndola cosquillas, sintiendo el sabor y la esencia del bosque, esa sensación de libertad. El viento era cada vez más fuerte, parecía que el bosque estaba cantando una canción, parecía decir algo, parecía que el bosque la estaba llamando. Elisabeth empezó a acelerar el paso, quería llegar, quería llegar a donde terminaba el camino.
Al cabo de unos minutos llegó un hermoso riachuelo donde contenía una bellísima cascada. La joven se acercó un poco para observar mejor, pero a los pocos segundos que se acercó se escuchó unos aullidos de un lobo.
De repente sin saber el cómo ni el por qué, aparecieron una gran manada de lobos hambrientos y sedientos. Eran grandes y peludos, sus bocas abiertas mientras se les caía la baba y se lamían con su lengua, ese oscuro y peludo pelaje que llevaban. Había grises, negros como la oscuridad más profunda, y blancos como si estuvieran rodeados de una fuerte y blanca luz.
La muchacha notó que entre ellos se notaba que entre ellos había un solo lobo que mandaba y lideraba. Era un lobo grande, quiza un poco más grande que los demas, era un lobo blanco que poseía unos ojos de color ambares que representaba el mismísimo sol. Elisabeth estaba maravillada observando al ser que estaba en aquel riachuelo apunto de beber un poco de agua fresca recién salida de la pura naturaleza. Pero cuando el lobo puso los ojos en la joven se sobresaltó provocando que el lobo se detuviera en beber el agua y empezará a dirigirse hacia la joven. Elisabeth al ver que el lobo se estaba acercando empezó a asustarse. En ese momento la joven estaba muy asustada, ella no quería morir a manos de un lobo, no quería que ese lobo la devorara, a pesar de que su vida sea un infierno, ella no quería morir.
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LA PRIMOGÉNITA DEL LOBO
Historical FictionUna joven nacida de un lobo y de un humano. Una joven destinada a vagar por el bosque más oscuro, para poder reunirse con su mada. Ella está destinada a proteger y defender a los lobos de cualquier peligro que se le crucen. Le esperarán grandes horr...