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Las últimas semanas han sido, realmente, las mejores.

Minji no odiaba pasar el tiempo en su casa, quería mucho a su familia y le gustaba tener uno que otro momento con ellos, ver películas o salir a pasear, pero últimamente habían demasiadas discusiones en su hogar, por eso no dormía bien y amanecía de mal humor. Claro, su cara de pocos amigos no se debe solo a eso. La pelinegra es una persona que prefiere estar en su propio mundo. Nunca fue muy sonriente, mucho menos alguien extrovertido, le gustaba la soledad y el silencio. No obstante, eso había cambiado, porque ahora tenía a dos chicas muy ruidosas a su lado.

Haerin y Danielle son ese color que le faltaba a su vida, esa serotonina que había perdido por estar tan encerrada en sí misma. Si ella estaba triste, ellas hacían chistes para alegrarla. Si estaba cansada, ellas le hacían mimos para que pudiera relajarse. Y si se encontraba enojada, ellas le daban brownies.

En verdad se había una costumbre, su costumbre.

Haerin prepara brownies para Minji.

Danielle le entrega esos brownies en una cajita decorada a Minji.

Minji les sonríe a ambas luego del primer bocado, agradeciéndoles.

Haerin y Danielle se avergüenzan cuando Minji les sonríe, porque ¿quién no caería por Kim Minji? Ambas menores no pueden dejar de pensar ni un momento en ella, en las tres, en lo felices que son desde que la mayor se unió a ellas para formar esa bonita relación que tenían, pues no solo eran Masrh y Kang menor quienes ofrecían algo.

Minji siempre veía por ellas, las cuidaba cuando se resfriaban y las ayudaba con las tareas de la escuela. También solía cocinarles y decirles en pequeños murmullos lo mucho que las amaba, con un leve sonrojo en las mejillas y las puntas de las orejas totalmente enrojecidas.

No pensaron que una faceta tan adorable en Minji existiera, hasta ese día, y ahora cada que aparecía aprovechaban para consentirla y llenarlo de besos.

Y es que Haerin y Danielle adoran a Minji, la adoran tanto que harían todo por ella.

─ Jinnie, bebé, despierta ─ dijo Haerin mientras repartía besos por las clavículas descubiertas de la mayor.

─ Tu familia nos invitó hoy a desayunar, no queremos causar mala impresión ─ habló esta vez Danielle, quien besaba toda la cara de la pelinegro.

Minji gimió en protesta, tenía mucho sueño y quería quedarse en la cama con sus dos personas favoritas.

─ Cinco minutos más~

─ Unnle, no nos hagas despertarte a las malas.

─ Sabes que no nos pesa dejarte sin atención luego ─ mentira, eran quienes más sufrían si no podían tocar a Minji, pero debían hacer un esfuerzo si querían que su novia se despertara.

─ ¡Ahg, de acuerdo! ─ talla sus ojitos y se levanta, estirándose para relajar su espalda ─. Sálganse de la cama o los patearé.

─ Pero- ─ ambas menores quisieron protestar, pero luego vieron la mirada seria de la contraria.

Danielle y Haerin casi corrieron a cambiarse.

Minji ocultó una sonrisa y volvió a estirarse una vez más.

─ ¡Chicas!

─ ¡¿Qué sucede?! ─ gritan desde el baño de la habitación.

─ ¡Las amo!














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Falta un cap más y ya se termina 🥺

案 : 𝗕𝗥𝗢𝗪𝗡𝗜𝗘𝗦﹙𝗆𝗂𝗇𝖽𝖺𝖾𝗋𝗂𝗇﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora