I Wanna Be Yours {ERLIAN}

PARTE ÚNICA: El enemigo de mi enemigo es mi novio

Para Julián, no hay nada más hermoso en la vida que los días del Superclásico.

Como buen gallina que es estuvo toda la semana pensando en eso; desde mantenerse al día en cuanto a los entrenamientos y los posibles titulares, hasta mensajear a algunos de sus ex-compañeros para preguntarles como se estaban preparando y que esperaba con ansías que hagan mierda a los bosteros en su casa.

Porque Julián podrá ser un chico reservado y tímido, nunca de malos tratos, pero River es pasión y nada ni nadie se puede anteponer a eso.

Es por eso que esa misma semana Erling, su ¿amigo con beneficios? ¿chongo? ¿novio? que tiene por compañero en el City lo notó nervioso y le preguntó la razón y él le comentó con toda la emoción de un nene que va a la cancha por primera vez que se venía el Clásico River-Boca. Ante eso el noruego expresó curiosidad y Julián no perdió la oportunidad.

"Do you want to come watch it at home with me?", le preguntó el argentino mientras se cambiaban en el vestuario después de un día de entrenamiento. "It's on Sunday though. I'm glad this weekend we don't play. But also, if you had plans already it's okay, I..."

"I would love to", le dice el noruego mientras lo mira con cara ¿embobada?

Ante esa respuesta, Julián se pone contento de vuelta y le dedica una sonrisa amplia que lo caracterizan. Erling le devuelva el gesto lo mejor que puede. "Okay then! I will see you on Sunday, have a great weekend", le dice el joven y, como no hay nadie más en el vestuario que ellos dos, le da un beso en el cachete y se va rápido del lugar.

La relación con Erling no es mala, es solo que él la calificaría como en 'estado vegetativo'.

Cuando se conocieron pegaron onda muy rápidamente, y lo que parecía una amistad fuerte se convirtió en noches de garche de las cuales ninguno de los dos hablaba después pero siempre volvían a repetir. Julián pensó más de una vez hablar con el noruego para preguntarle " Che, ¿qué carajos somos? ", pero cada vez que lo intentaba el grandote lo empezaba a besar y su plan se iba por la borda.

"Capaz que durante el entretiempo podamos por fin hablar"

Julián se toma un Uber hasta su casa planeando como encarar el tema el domingo, pensando que quizás por fin podía comenzar a esclarecer las cosas con Erling.

Llega el día. Julián se levanta a las 5 para ejercitar un poco por el barrio donde vive, y cuando vuelve a su casa se decide por prepararse un desayuno potente pero que no lo llene tanto ya que la noche anterior se mensajeó con Erling y este propuso noche de pizzas y cervezas para liberar un poco las tensiones y disfrutar un partido de fútbol como se debe.

Durante el día se entretuvo con de todo: desde pasar la aspiradora hasta reacomodar los muebles del comedor, todo a tal punto que cuando se dió cuenta que se estaba haciendo de noche se apuro a irse a bañar ya que el noruego iba a llegar en cualquier momento.

Cuando salió del baño buscó su antigua casaca de River que guarda en una caja especial en su placard y se la puso junto a unos pantalones sport negros que le regalaron en el club antes de irse y salió hacia el living para buscar con los controles del televisor para ver por cúall plataforma pasan el partido.

Mientras buscaba en el catálogo de emisión, escucha que el timbre suena y va a tocar el botón de apertura del portón sin mirar por la cámara del intercomunicador -sabiendo quien es- para dejarlo pasar. Cuando escucha que el portón se abrió vuelve a su trabajo y pone el partido, haciendo cara de asco al darse cuenta que tiene que fumarse otro año más ver el Clásico relatado por ingleses.

"Algo es algo", termina diciendo y en eso escucha que tocan a la puerta. Julián va todo entusiasmado a abrir la puerta y lanzarse a los brazos del noruego como si fuese una pendeja de secundaria cuando...