I FEEL YOUR GHOST

"¿cuando llegara ese día?

Cuando nos encontramos nuevamente.

Te mirare a los ojos y te dire que...

Te extrañé.”

—Still with you.

~ [ • • • ] ~

El día se sentía tan monótono como los demás todo eran tan gris que Jungkook realmente no tenia ganas de salir de la cama, estaba cansado de recordar cada pedazo del alma que quedo atrapado cruelmente en el departamento. Ahora solo detestando cada pequeña cosa que llenaba de felicidad su vacío corazón que únicamente desaba detenerse en el interminable tiempo de su pesar.

La habitación es llenada por música, una melodía aterciopelada que viajaba libremente y lo llenaba de una extraña paz pero no detuvo esa sensación fría que mantenía atascado en su pecho. Y su tortura diaria había comenzado, los recuerdos regresan a él como pequeñas estrellas fugaces y por mas que trata de retenerlas estas salen sin su consentimiento, escapando como un reo al que el mismo se obligó a retener. Jungkook realmente lo necesitaba más que antes porque se sentía perdido en la inmensa melancolía que se acumulaba en su alma doliendo hasta tener que vivir un día más con su ausencia.

¿Lo dejaras escucharte de nuevo, Taehyung?

—Mi kook es tan bonito— Su voz fue distorsionada pero mantenía el apice de cariño que siempre cargaba cuando hablaba, lo observó tomar agusto su té. Tan majestuoso.— Hoy tendré que ir al taller.

Jungkook le respondió con una sonrisa brillante y sus ojos se achicaron, tomo la mano de Taehyung y acarició con parsimonia su dorso.

—¿Volverás hacer un cuadro?— Taehyung asintió lentamente y tarareó un poco la canción que en la radio sonaba.— ¡suerte! Aunque siempre haces cosas místicas.

Taehyung soltó una risita, ambos se miraron a los ojos perdiéndose en aquellos orbes que reflejaban galaxias que jamas volverían a ver en otra parte, sus corazones acelerándose como la primera vez que sus ojos chocaron con los contrarios. Ambos dejaron de verse cuando una canción los detuvo en el tiempo, se levantaron entre risas y caminaron hasta estar en medio de la sala de estar, chocando con la pequeña mesa de centro. La música lleno la habitación y se lograba percibir el amor y la adoración que ambos sentían, Jungkook tomó de las caderas de Taehyung  para que se acercara más hacia él y el nombrado volvió a reír mientras pasaba sus manos hacia la nuca del azabache para que al final dejar un casto beso en los rosados labios de su novio.

Todo parecía un hermoso cuento, lastima que era un recuerdo de lo lindo y efímero que podía ser la vida.

—¿Te quedarías toda una vida junto a mi?

—En está y en la que sigue estaré junto a tí.

Jungkook abrió los ojos aterrado por el recuerdo, sintió su corazón pesar y sus adoloridos músculos lo obligaron a levantarse de la cama. Camino perezoso hacia la pequeña cocina del departamento, observando receloso dónde las tazas limpias descansaban después de su uso, sus labios se presionaron y sin dar segundas miradas solo tomo la suya para poder servir el café que daría la energía para su día.
Termino sentado en una silla cerca de la ventana con los pies sobre ella, tomo con calma y la mente en blanco.

En el radio que aún conservaba esa canción que había negado a volver a escuchar, resonó hasta el más pequeño rincón del departamento y sintió su corazón latir con necesidad simplemente por el deseo de volver a bailar al compás de las notas musicales, pero se quedó estático aún por su deseo. Las ganas huyeron como una respiración después de correr y por más que intentó cantar como lo hacía a lado de Taehyung, cuando él trabajaba y solo deseaba distraerlo recibiendo un pincel en la cabeza, pero su voz no salió y su alma lloro con pena al no cumplir su ansioso deseó.