capítulo 38

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En sus zapatos
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—¡Aléjate! —ordena el rey.

No puedo moverme ni articular ninguna palabra. Lo que estoy presenciando parece sacado de una película de un asesino en serie. Carlies intenta sacarme de allí, pero mis pies parecen estar pegados al suelo. Solo puedo ver cómo la sangre se desliza por los músculos de su brazo mientras desgarra el cuello de un hombre con el filo de su corona.

—Vamos —finalmente carlies logra sacarme de la sala donde Darek lleva a cabo los juicios a aquellos que violan sus leyes.

Esta mañana, su madre me invitó a tejer, pero mientras buscaba el camino al jardín, no pude ignorar los gritos desgarradores que provenían de un lugar cercano. Al abrir la puerta de donde se escuchaban los lamentos, me encontré con la impactante escena del rey golpeando a un hombre con su corona.

Desgarró su cuello como si fuera un animal. La sangre corría por sus brazos y nadie hacía ni decía nada. Los guardias observaban como si esto fuera algo que ocurre todos los días. Carlies me llevó lejos de esa perturbadora escena cuando se percató de mi presencia, pero no ayudó mucho. Ya había presenciado ese atroz escenario.

—¿Qué estaba pasando? —pregunto mientras él me ofrece un té para calmar los nervios.

—Es día de juicio y de repartir sentencias.

—¿Es necesario matarlos como si fueran peces? ¡Les cortó el cuello con el filo de su corona! —toco mi cuello con ambas manos alterada— ¿Esa es la razón por la cual mantiene pulida y afilada su tiara?

—Lo que vieron tus ojos fue algo sutil.

—¿Sutil? —siento espanto— ¿Se puede ser más atroz?

—Hay muchas cosas detrás de esa escena que no comprendes. Él hizo lo que era necesario.

—Merezco que me expliques, o esa imagen se quedará en mi mente y no me dejará dormir.

—Ese hombre era un espía por parte del reino de Segen.

—¿Segen? ¿Por qué habría espías por parte de Segen si su princesa está siendo cortejada por él? Están juntos —recalco— No tiene sentido.

—Mientras se lucha por alcanzar un objetivo, no hay sentimientos de por medio.

—No entiendo.

—Es una larga historia.

—Tengo tiempo de oírla —él debate si debería decírmela—. Quiero entender. Explícame.

—Hace mucho tiempo, había una familia que vivía en prosperidad, pero toda esa dicha les fue arrebatada por un reino codicioso y malvado.

—¿Segen? —pregunto— ¿Segen atacó Conall?

—Te contaré una historia, y tú sacarás tus propias conclusiones —asiento—. Este reino era liderado por un rey codicioso y lleno de envidia. Su deseo de poder era tan grande que invadió a una nación pequeña pero con un futuro brillante. Ese rey arruinó un reino en vías de desarrollo, destruyendo familias enteras, incluyendo a la familia real.

—El padre de Darek no murió de una enfermedad —susurro mientras armo las piezas del rompecabezas—. ¿Qué pasó en realidad?

—Sígueme.

Me lleva a un área restringida, abriendo una puerta con una cerradura única. Dentro, hay muchas cosas viejas: lienzos, pinturas secas, ropa y un gran cuadro al final. Carlies quita la sábana que lo cubre, y mis palabras se quedan atrapadas en mi boca.

Más Allá De Las OlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora