❝𝗡𝗢 𝗦𝗔𝗕𝗜𝗔 𝗤𝗨𝗘 𝗦𝗘 𝗗𝗜𝗩𝗘𝗥𝗧𝗜𝗥𝗜𝗔 𝗧𝗔𝗡𝗧𝗢❞
Kim Sunoo es un pequeño niño de ocho años que desea tener una hermana, alguien con quien compartir momentos, con quien jugar y querer, más nunca pensó que ese "jugar" pasaría a ser un "m...
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Últimamente estaba sintiéndose raro, pues ya habían pasado ocho años desde que _____ fue adoptada y comenzó a vivir en su casa, él ya tenía quince y ella doce, pero lo raro no era eso exactamente, lo extraño era que estaba sintiéndose muy ¿posesivo? ¿celoso? ¿atraído? Quizá son las tres, e incluso llegó a creer que era gay, pues no sentía atracción por sus compañeras de clase, quienes tienen su misma edad.
Era demasiado raro para él darse cuenta de que sentía algo más allá de una hermandad hacía la adoptada.
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-Hey, gatita-habló al entrar a la habitación de su hermana. -Necesito ayuda con algo, ¿podrías venir?-la niña casi ni hablaba con él, él le enseñó a "respetar" entonces ella no debía contestar mal, gritarle ni mucho menos insultarlo. Su regla elemental es: "no puedes desobedecerme nunca, todo lo que hago es porque te quiero".
Siempre lograba lo que quería con eso, si él quería tocarla, ella debía dejarse pues era "porque él la quería".
Ella estaba en un total desacuerdo con esto, pues realmente le incomodaba, pero sabía que era peor el castigo que cualquier otra cosa.
-Ah, sí, claro que sí, Sunoo, ya voy-se puso los zapatos y lo acompañó.
-Mira, tengo que guardar todas estas cosas que compré, mientras yo voy guardando, ¿puedes darle sus pastillas a mamá?-preguntó, sin esperar respuesta comenzó a acomodar las cosas. La niña asintió por lo bajo y obedeció.
