Despertó en busca de El Jardín de Los Presentes, pero lo que encontró fue el reinado carmesí. Echado empezó a girar a los dos lados en busca de El Flaco; pero su vista se centró el hermoso cielo azul que tanto contemplaba; pero que ahora convertido en negro. Se levantó apresuradamente para ver que la belleza del musgo verde tornó a gris. Divisó a su alrededor y solo podía gritar de horror por lo que estaba viendo: las golondrinas que tanto amaba ver surcar los cielos carecían de vida en el grisáceo prado, el niño condenado que había sido perdonado por El Flaco se encontraba difunto, seres monstruosos que se asemejaban a su ser devoraban a sus seres queridos sin piedad alguna y los ángeles que descansaban en el árbol de los dedos yacían sin su blancura mientras sus gotas de sangre caían en las hojas y rama de tal magnífica creación.
Esto solo lo hizo abrazarse mientras no paraba de llorar. Aquel mundo que tanto amaba ya no existía... todas las creaciones que él hizo están desapareciendo... Ya no había salvación, todo lo bello de los altos cielos como la hermosa tierra habían desaparecido por estas criaturas y sus invenciones. Pero se equivocaba, había una cosa que parecía no haber desaparecido: esa bola de fuego. Ella apareció dentro de esta columna de nubes oscuras para dar fin a esto. Una sonrisa apareció, ¡tal vez era él que con el poder de esa gigantesca creación acabaría con todas estas abominaciones! Después de todo, él jamás los dejaría por nada, siempre dijo que éramos su más bella creación.
-Gracias, Flaco... .- dijo.
Sin embargo, el radiante poder empezó afectar su cuerpo. Ese brillo que antaño podía sentir cómo abrazaba su cuerpo con la suavidad del viento ahora solo provocaba tanto dolor a su carne y sus ojos. Esa sonrisa ahora se convirtió en un grito de agonía. Su respiración fallaba y solamente lloraba por el dolor que este abrasante poder chocaba hacia todo su ser. Se puso de rodillas abrazándose a sí mismo mientras murmuraba algo hacia alguien. Se preguntaba por qué la persona que les prometió un mundo donde la adversidad nunca actuaría desapareció. Ahora cuando más lo necesitaba, no hay ningún rastro de su presencia.
Seguía llorando y dentro de sí deseaba tantas cosas que querían que pasaran en estos momentos, pero solo uno de ellos era el más importante.
-No me dejes, solo... no me dejes.
Las nubes oscuras empezaron a moverse y poco a poco mostraron aquel culpable de todo este sufrimiento: un volcán. Un volcán que debería haber caído sobre la tierra para dar creación ahora hacía lo opuesto. Ese fuego ahora convertido en nube oscura chocó los cielos para deshacer a todos con el pasar de los tiempos. Los árboles de dedos empezaron a tomar su color y las más bellas creaciones empezaron a ver que El Universo iba en su contra lastimándolos poco a poco. De ahora en adelante, el calor y el frío ya no hacían vivir a ellos, ahora solo esperaban el tiempo para que todo acabara mientras algunos rezaban conque El Flaco regresaría para que nos diera bienvenida a nuevo jardín. Pero por ahora, deben sufrir las consecuencias de este Universo caliente que ellos mismos fabricaron.
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Mi Cálido Universo
Short StoryTras un pedido donde me dijeron que escriba algo referente a la pintura de Jheronimus Bosch, «El Jardín de Las Delicias», decidí crear este mini cuento. Dentro de este cortísimo relato hay tantas cosas que explican mi mundo, del mundo que no entiend...