Escritos

XXXI

Dulce espejismo, fachada amorosa de un amor que fue mío solo por un segundo. 

Brillas como estrella y gritas como mar cuando llueve, o en silencio. 

Dulce espejismo, que hace confundir la esperanza con un corazón a la deriva, totalmente en llama. 

Dulce espejismo, que solo deja ver los momentos de magia, en la paz, en los sueños. 

Solo reflejas el deseo que sentiste, nunca las quemaduras del intento. 

Que dulce es el tormento de amar con un pedazo del alma a todo lo que quedó en el pasado; como las poetas o los borrachos. 

Dulce espejismo, de luces de diamante y trincheras que llevan al fondo del océano; de finales felices que pudieron ser, si solo fuera por un beso más. 

Dulce espejo que reflejas una mirada decaída por la vida y el amor, la soledad por circunstancias de la vida y decisiones incorrecta, permite dejarme ver lo que todavía no puedo imaginar, para motivación o para llorar.