El Amor que Crea Leyendas.

Capitulo 4.

Pov John.

Paso una semana desde que esas voces se manifestaron en mi cabeza, y las sigo escuchando. Trato de ignorarlas pero, es muy difícil. 

Todos los días eran iguales. Muchas veces el pensamiento de volver a salir como vigilante y acabar con bastardos cruzo por mi mente. Pero el miedo de ver cosas iguales o peores siempre me invadía. Me estaba reprimiendo. 

Levantarme y ver estudiantes muertos o llenos de sangre. No podía soportar ver eso y menos con las múltiples voces recordándome lo que he echo. Arrebatos de ira es lo que tengo cada ves que los escucho y... Eso en verdad me frustra y enoja.

Estuve los últimos 4 días encerrado en mi habitación, sin hacer nada mas que pensar y pensar en que debería hacer. 

Los días que pase encerrado en mi habitación, mi confusión y frustración se fue convirtiendo muy lentamente en ira y desprecio por las personas. Como me miran, sus caras de miedo, sus susurros, lo que hacen, lo que dicen... Solo son basuras hipócritas que se preocupan por si mismos.

Debería de volver a la escuela, pero no quiero... Pero, no puedo simplemente faltar a todas las clases.

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Decidí ir a clases por hoy. Realmente no quería estar ahí, pero no puedo escapar de mis problemas por siempre. No había nadie en los pasillos por suerte. 

Llegue a mi salón y el profesor me dejo entrar. Mientras caminaba a mi lugar note a Serafina mirándome con una mezcla de emociones en su rostro. 

Maldición ¿Por qué ella tiene qué estar en esta clase? Estaba un poco alterado por mi ultima interacción con ella. La ignore y fui a mi lugar de siempre.

La clase siguió con normalidad, con imbéciles murmurando a cada rato, pero decidí ignorarlos. La clase estaba a punto de terminar de todas formas.

¡Psicópata!

¡Asesino!

¡Monstruo!

Mis ojos se abrieron con sorpresa. Las voces regresaron... 

Mi cuerpo tembló y sentí como cada fibra de mi cuerpo se tensaba furiosamente. Me pare de mi asiento con gran frustración y enojo, tirando la silla para atrás mientras daba en fuerte golpe lleno de ira a mi pupitre. 

"¡Cállense de una puta vez!", pensé en voz alta, sin darme cuenta de que lo grite. 

Note la mirada de todos los alumnos, tenían una misma emoción en su rostro: Miedo.

Trate de calmarme, pero fue inútil. Los alumnos lentamente se fueron alejando de mi, como si los fuera a atacar en cualquier momento. 

Por el rabillo del ojo vi a Serafina, reflejaba muchas emociones a la ves, pero no me importo. Ya no debería de importarme. Ella me traiciono, después de todo. 

El profesor solo suspiro y dio por terminada la clase, tome mis cosas y salí de ahí lo más rápido que pude. Dejando atrás a los alumnos tanto desconcertados como asustados y la silla tirada... 

¡Jajaja!

¡Psicópata!

¡Asesino!

¡Muérete!

¡Asesino!

"¡Cállense!", gruñí por lo bajo mientras mi ira escalaba más y más. 

Muchas auras a mi alrededor comenzaron a hacerse presente. Algunas conocidas, otras no.