Primer paso

145 24 4
                                    

Pasado

Esa semana fue posiblemente de las más difíciles de mi vida, el cansancio constante, el aburrimiento y la soledad que sentí en ese momento fueron prácticamente insoportables. El día en que me enteré de lo que debía hacer para que ese viejo confiara en mi la repulsión inundó mi cuerpo, jamás había visto el trabajo que ellos hacían, jamás había sido yo el victimario.

Entré a la gran casa acompañado de otros 4 guardias, las dos personas estaban sentadas en la sala, amordazadas y sujetas. Había pedido que sus ojos estuvieran vendados pero no se me permitió, él dijo que para hacer el trabajo debía verlos directamente, qué estúpido. Las paredes blancas y altas denotaban poder y prestigio, sin embargo, el jardín delantero lleno de juegos me daba a entender que vivían niños ahí, que estas personas eran una familia. Era obvio que él lo sabía, que había encontrado mi punto más débil y que me podría a prueba, ese maldito lo sabía todo.

– No voy a mentir, ustedes morirán hoy– dije articulando cada palabra cuidadosamente, dejando que el dolor en mi estómago bajara lentamente. – No puedo hacer nada por ustedes, pero puedo hacer algo por sus hijos. – ofrecí tratando de sonar convincente. Era verdad que no podía hacer nada por ellos, su destino estaba sellando, pero podía hacer que al menos los pequeños vivieran, aunque su vida estuviese llena de momentos tristes apartir de hoy. – Ustedes traicionaron a la familia, así que a nuestros ojos no merecen ninguna oportunidad, pero esos niños no deberían cargar con ello. – seguí y caminé hacia ellos para quitar la mordaza del hombre. – Solo contesta lo que pregunto o perderás la oportunidad de dejar vivir a tus hijos. ¿Entendido?

– Sí, señor – respondió mirando al suelo.

– ¿Los niños están aquí?

– Sí.

– Hurp y Joos lleven a la señora a la cocina, el resto busque en la casa, no lastimen a los niños y distraigan su atención. Si alguno de ustedes les toca un pelo serán decapitados hoy mismo – ordené a lo que todos afirmaron antes de cumplir con sus tareas.

– Esto es sencillo, yo voy a garantizar la seguridad de esos niños en el futuro, tu solo debes contestar lo que te preguntaré. ¿Entendiste?

– Claro señor.

La charla con esa persona duró un par de minutos, en los cuales pude recabar la suficiente información para tener contento a Korn, pero aún más importante, pude recabar datos que me ayudaron a entender más el funcionamiento del lugar, y que me dieron respuesta de cómo podría destruir todo esto. En cuanto encontraron a los niños dejé que se despidieran de sus padres, era un gesto que yo hubiese querido que esas personas tuvieran conmigo y mi hermano, así que dejé que pasara. Los niños fueron llevados a un internado lejos de la ciudad, en donde todavía los visito de vez en cuando, los padres murieron en cuanto esos pequeños dejaron la casa.

Después de ese primer día el resto de las cosas que tuve que hacer para ser quien soy ahora mismo se dieron naturalmente. Tal vez solo necesitaba reafirmar lo horrible que era este mundo.

Presente

– Mierda Chay, deberías ir a tu casa, ¿Qué demonios haces aquí?

– Creo que van a matarte

– ¿Qué?

– Ahhh, definitivamente hice algo que te puso en peligro.

– ¿De qué diablos hablas?

– Vete, aún soy buena persona y te digo que te vayas.

–Porschay, ¿puedes explicarte?

Burn downDonde viven las historias. Descúbrelo ahora