Sakura era apenas una niña cuando fue comprometida a su primo, el príncipe Sasuke y no pasó mucho tiempo antes de que ambos crecieran y tuviesen que conocerse para estrechar su vínculo.
El deber ha de cumplirse y Sakura tiene un único amargo cuesti...
"Quiero ya no amarte y enterrar este dolor; quiero que mi corazón te olvide, quiero ser como tú, quiero ser yo la fuerte. Solo te he pedido a cambio tu sinceridad.
Quiero que el amor al fin conteste ¿por qué siempre soy yo la de la mala suerte?"
La de la Mala Suerte- Jesse & Joy.
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El día en el que coincidió por primera vez con el príncipe Sasuke, ambos eran solo unos niños. No entendían por completo a qué se debía tanta pomposidad, palabrería y cortesía.
Ino Haruno, su hermana mayor, fue comprometida con el futuro rey, el príncipe Itachi Uchiha, su primo; de esa forma Ino se convertiría en la reina de Daku en algún momento.
Sakura se preguntó si alguna vez, por gracia de Ino, alguna de sus hijas acabaría siendo reina. Se preguntó si sus hijos se casarían también con los de Ino, como una especie de pacto entre hermanas, tal como la reina Mikoto y la duquesa Mebuki habían hecho.
Sin entender bien porqué, pudo notar una chispa de emoción en la mirada aguamarina de su hermana Ino; sus piernas moviéndose con desespero y una fugitiva sonrisa traviesa que se asomaba por sus labios rosados.
—¿Serás reina, Ino?—preguntó con toda inocencia, aproximándose ligeramente a su hermana.
Ino se acercó a ella y le susurró algo de vuelta.
La piel de Sakura se erizó y su corazón palpitó asustando.
¿Matrimonio?
Desvió la mirada hacia el niño que la observaba con el ceño fruncido y en los labios un mohín de desagrado.
—Tu prometido —murmuró Ino enseguida, con un gesto travieso en el rostro.
—Mi primo Sasuke...
Toda sonrisa se esfumó de su infantil rostro y pudo entender entonces porqué el príncipe la observaba con tanto desagrado.
No podía culparlo, después de todo el príncipe Itachi había sido comprometido con Ino, una joven hermosa, de cabello dorado y ojos azul aguamarina; un cuerpo cuyas curvas delataban su feminidad, de gestos delicados y encantadores.
Aun cuando crecieron lejos de la corte, Ino fue educada desde siempre para convertirse en reina. Era poliglota, hablaba seis idiomas distintos, dibujaba, bordaba y cantaba como un ángel. Se trataba de una joven inteligente y recatada.
Sakura estuvo segura, años después, de que la propuesta de comprometerlacon el príncipe Sasuke, había tomado por completa sorpresa a los duques de Kuri, sus padres.
No la habían educado para tal posición, era más artística que recatada y encantadora, una niña berrinchuda y obstinada. Además, había heredado ese ridículo cabello rosa que aparecía una vez cada tres o cuatro generaciones.
