UNDERHIGHSCHOOL ;; sancest

── Ø1 ☆

   Aquél universo nuevo que daba mucho que desear era realmente interesante. Es irónico como un par de huesos flojos iban por cuenta propia a una universidad, peor eran los obligados quienes desearían estar muertos antes que pisar el establecimiento. Una vez se gradúen podían salir, el único con permisos especiales era Ink, no podía dejar su rol como guardián de los AU's por un experimento. Aunque él estaba alegre de participar en este, sobre todo porque sabía al 100% que Error estaría allí, hacía meses que no lo veía desde el accidente en aftertale, lugar donde yace el hogar de los hermanos Crayon. Ink era tonto pero ese día se había pasado, aún no sabía si disculparse o fingir demencia.

"Una vez se entra no hay salida... ¡qué bueno que soy la excepción! Moriría de aburrimiento si tuviera que estar dos años acá encerrado" pensó el esqueleto del gran pincel. Dudó un poco antes de cruzar el portal, cuando lo atravesó sus cuencas se abrieron a la par que su boca. Aquél edificio era enorme, claro que no iban a estar todos pero al rededor de 800 estudiantes como mínimo. Habían muchas caras conocidas, saludó a varios quienes estaban afuera comiendo, fumando o simplemente conversando con alguna versión suya alternativa. El ambiente era cómodo, podría decirse que cálido y podría dejar somnoliento a alguno, no era paz, era solo muchos monstruos perezosos que incluso decían que hablar era un gasto de energía. Sus Papyrus podrían decir que si fueran animales serían de aquellos que hibernan... pero que lo hacen todo el año.

—¡Dream!— Bueno esto era una sorpresa. Ver al protector de los sueños acá.

—Oh, estrellas... ¡Ink, amigo mío!— El mayor tomó de las manos a su compañero de ropas marrones, tenía una amplia sonrisa.

—Hace tiempo que no te veo... Hola Nightmare.— saludó al hermano de su mejor amigo

—Hola.— respondió a secas sin dirigirle la mirada, bueno, al menos se dignó a devolver el saludo, propio de Nightmare, no ser totalmente desubicado. Alguien que vive en un castillo debe ser educado, ¿no?

Ambos esqueletos con estrellas en sus ojos conversaron mientras avanzaban por el pasillo, la escuela secundaria era hermosa, pulcra, se podría decir que elegante, el blanco con azul le daba su toque especial. Los amigos se pusieron al día, comentando lo que hicieron este último mes que no se vieron, Ink se excusaba de su baja batería social y que últimamente estaba muy creativo y necesitaba explotar al máximo sus dotes artísticos; por otro lado Dream andaba agotado por ayudar a tantas almas contaminadas de sentimientos negativos. Todo era risas hasta que el mayor preguntó por Error, a Ink se le congeló la sangre, era complicado hablar de eso sin hacerse el tonto y contarlo como un chiste sin gracia siendo que fue algo serio. Incluso si tenía las agallas para contarlo de forma seria no era el momento ni el lugar.

No era como si Dream no supiera lo obsesivo que Ink podría llegar a ser.

No sería una sorpresa.

Se lo olía.

Entonces decidió no insistir.

—Bueno pegate un tiro y dejame en paz.— para tales palabras el tono de voz no fue tan alto, pero sí cargado de rabia.

Ink reconoció rápidamente la voz semibugeada, tomó a Dream del hombro y se escondieron. El chisme movía al de ojos con heterocromía.

—Geno por favor, te expliqué todo por mensaje anoche.—

—Me importa tres carajos, Death. Sé lo que hiciste.—

—Te dije que estaba ebrio.—

—Yo también me pongo ebrio y jamás se me cruzaría por la cabeza engañarte. Solo... Solo dame espacio.—

—Pero Geno—

—¿¡ES QUE NO SABES ACEPTAR UN NO POR RESPUESTA!?—

Todos se quedaron mudos. El de bufanda estaba sonrojado por la rabia y la vergüenza, odiaba explotar delante de todos pero era imposible por la insistencia de Reaper, quien era un maldito pesado por el miedo al abandono por parte de su novio. Sin intenciones de seguirlo o rogarle pegó media vuelta, soltó un débil "perdón" antes de retirarse a quién sabe dónde. El ambiente se puso tenso pero eran Sans, alguno rompería la tensión con algún chiste malo, y así fue.

Geno se marchó hacia los baños a lavarse la cara, Ink estaba demasiado enganchado con la escena que acababan de montar como para darse cuenta de la mirada asesina que le dio el casimuerto quien vio a la dupla escondida atrás de un pequeño grupo.

—¿Uhm? Oh, hey Ink, sup Dream.—

—¡Hola Dance! Music, Sugar, Melon, Chess.— Se saludaron entre todos.

—¿Qué hacían ahí escondidos? ¿Presenciando el drama?— Preguntó el de chaqueta semejante a una san

—Sí hermano... Eso me congeló hasta los huesos.— bromeó el artista.

Una vez Geno terminó de lavarse la cara, manos y verse en el espejo se encerró en un cubiculo de baño, bajó la tapa y se sentó en el inodoro llevando las rodillas al pecho. No sabía qué hacer, quería llorar ante la "escenita" que Reaper había provocado. Estaba tan enojado que sentía que iba a patear la pared, era desesperante, ¿qué demonios estaba haciendo su novio en Lustale? Su trabajo como parca es en todos los AU's, sí, pero viendo las historias de instagram de Lust pudo ver como lo estaba besando descaradamente. Estaba totalmente obligado al estar en este experimento, solo deseaba quedarse en casa, en la cama, pensando en todo y a la vez en nada. Se sentía acorralado y juzgado por todos, Reaper era tan leal y dulce, sabía que el alcohol lo convertía en otra persona pero esto era demasiado

—¿'Mano? ¿Genito?— La voz de un esqueleto exageradamente colorido se hizo escuchar en el baño.

—Decime Fresh, ¿qué pasa?—

—Eso te lo pregunto a vos. Eu, Reaper se fue al re carajo, corte sé que es re cargoso el flaco onda posta te lo digo, no sé qué corno hizo pero no estuvo piola... Si querés ventear soy todo oídos 'manito.— Ah Fresh y su léxico complicado.

—Ayer Death besó a Lust.—

No se escuchó nada.

—¿Fresh?—

...

—Hey, Fresh...—

—Voy a matarlo.— Automáticamente Geno abrió la puerta, pálido como una hoja de papel, lo que es irónico. —Nah es bromis bro, nomás quería que salieras. Vení pa' 'ca.— El menor con una ancha sonrisa abrazó a su querido hermano.

—Estoy tan enojado que no sé qué hacer.—

—Sos inteligente 'manito, usa la capocha que no sos ningún boludo.—

El consuelo era extraño... Sumado a que el esqueleto noventero tampoco era bueno hablando sobre sentimientos, solo dijo lo que sentía su corazón. A todo esto la conversación fue interrumpida por el timbre que indicaba el inicio de la clase, Geno se estaba preparando mentalmente para ver a Reaper o tener que sentarse con él, pero no.
El Dios de la muerte no se encontraba por ningún lado, sería gracioso que el primer día no asistiera a clases, escapándose como una rata.
Dicho y hecho así fue, no había señales del encapuchado, Geno se esperaba mensajes de él explicando dónde estaba o excusándose nuevamente.

Nada.

Y quien tampoco se lo veía por ningún lado era Fatal Error... El esqueleto glitcheado de ojos de dos colores, sangre en su pecho y mirada perdida era un amigo íntimo de Reaper. Era molesto llamarlo así pero incluso el témino de mejor amigo le quedaba corto. Reaper y Fatal se habían conocido un día que Death cayó por accidente en una línea alternativa de Aftertale, queriendo ver a su lindo Geno, vio a un esqueleto asustado y lleno de bugs. Ver a la mismísima muerte luego de casi ser asesinado por tu supuesto hermano dio el doble de escalofríos, como si realmente estuviera destinado a morir.

Oh.

Ahí estaba.

Tan molesto como siempre, abriendo la puerta del salón.

Gritando.

¿Qué es lo que dice?

¿Que Reaper qué?

Todos comenzaron a correr fuera del salón ignorando a los profesores que intentaban apaciguar el desastre que eran los pasillos de cientos de esqueletos que salían de distintos salones. La sorpresa fue ver a La Muerte fuera del edificio, no, mejor dicho, encima de este. A leguas se notaba que su intención era lanzarse. Vamos, que estaba a un paso de suicidarse. Era algo extremista esto, pero se trataba de Reaper Sans, claro que iba a ser extremista, incluso si realmente no saltaba era demasiado. Los intentos de Fatal y Geno no sirvieron de nada, pues aquél esqueleto de túnica negra se lanzó al vacio, sus cuentas desesperadamente buscaron al amor de su vida antes del impacto, para tener un último lindo recuerdo.