Capítulo 1: La tempestad antes de la tormenta

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Oscuridad por todos lados. De la nada, veo una luz, grande, cálida y roja acercándose a mí, pero logre escapar, siento que alguien me está golpeando la espalda y volteo, pero solamente logro visualizar una sombra blanca que se dispersa; Siento un frio que quema hasta los huesos. Entonces desperté. Las ventanas estaban abiertas de par en par, las aves tocaban su melodía matutina y el sol se asomaba por el horizonte.

Me levanto de la cama y me pongo las botas para cazar; Heredadas de mi padre el gran "Esben" el mejor cazador de osos de toda Valtoria -Al que, irónicamente le pusieron el apodo del "Oso de Valtoria"-. Me pongo las prendas más gruesas y cómodas que tenga para resguardarme del horrible frio. Mi madre y hermanas siguen dormidas, bajo a la sala y adquirí una cesta de paja.

El aroma de carne me abre el apetito. Provenía de la casa de al lado, ya que no hay otra persona que adore desayunar carne más que Bork, un viejo y gordo guerrero lunar, fanático de la carne.

Entonces salí de casa para saludarlo, pero como era de esperarse; Su esposa Brik era quien estaba cocinado la deliciosa carne.

- ¡Buenos días, señora Brik! - Dije tan entusiasmada por verla-.

- ¡Buenos días Dasiri! ¿De nuevo al rio? ¿No te cansas de ir pequeña? Si gustas te puedo dar un pedazo de carne.

- Tan amable como siempre señora Brik, pero tengo que traerle el desayuno a mi madre y hermanas. En otra ocasión será.

- De acuerdo pequeña, pero toma esto para el camino.

Me obsequia una smørbrød (Rebanad de pan con salmón o mermelada).

Mientras me dirijo al rio contemplo el bello paisaje de montañas que me rodea.

Este pequeño pueblo está en una remota parte de Solaria, una isla gigante; O por lo menos eso es lo que dice mi mama ya que jamás he salido de Valtoria, este pequeño pueblo rodeado de montañas donde nieva la mayoría del año.

Valtoria no es muy fértil, solamente por las calabazas y alcachofas que nacen cerca del rio; Si queremos obtener alimento la opción primordial es cazar unos Ackenwaf, una especie de las montañas; Con la apariencia de un jabalí, el tamaño de un oso y la agilidad de un ciervo. También se puede pescar en el rio Aegir -siempre y cuando no este congelado-, ahí es a donde me dirijo.

Me gusta venir a pescar ya que es el único lugar donde mis poderes son realmente útiles.

-Vann, flyt, ikke- Se pronuncia mientras se acompaña con un sutil revoloteo de manos para lograr que el rio deje de fluir, lo que me da el tiempo suficiente para recoger unos cuantos salmones que, con suerte sobraran para la comida.

Este es un pequeño conjuro que me enseñó mi madre - y el único-, una antigua hechicera que servía para el Sacro Imperio Lunar. Antiguo soberano de gran parte de Solaria.

Después de colocar todos los peces en mi cesta, me dirijo hacia mi hogar. En el camino logro percatarme de la presencia de un hombre a la distancia, este cabalgaba un bello caballo blanco. No puede ser otro más que el viejo Korg. La única persona que tiene un caballo por aquí. Esposo de Brik y un gran amigo de mi familia, nos ha apoyado desde la muerte de mi padre.

- ¡Hola Korg! Que te trae al rio ¿Vienes a pescar tú también?

Entonces, logre percatarme que llevaba consigo muchas de sus cosas, sin embargo, no estaba acompañado por su esposa e hijos.

- Hola pequeña ¿Pescar? Brik se puede de encargar de eso sola, el rey Sage ha muerto por una extraña enfermedad y su hijo Alliege ha subido al trono. Él ha llamado a todos los guerreros del reino a su coronación, es todo un honor el que me hayan invitado; Seria una falta de respeto faltar a una ceremonia de tal magnitud ¿Te gustaría acompañarme en esta aventura joven Dasiri?

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