Capítulo 4: Cuarto Menguante

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- Zjarri që nuk digjet, thjesht avullon -Dijo Aiden mientras apuntaba su palma detrás del barco, creando un humo gigante que nos ocultaba de la vista de aquellos barcos.

- ¿Pueden utilizar algún hechizo o algo? Digo, son hechiceras lunares, especializadas en agua y estamos en medio del mar.

- ¿Acaso olvidaste que estuvimos encerradas por solamente utilizar uno o dos hechizos? Cara de atún. - Dijo Cirse un tanto enfadada.

- ¡Bien! Aristos, utiliza tu magia. Debería darnos una pequeña ventaja. -Le dijo Aiden a aquel viejo barquero que creía incapaz de utilizar magia.

El anciano nos pidió amablemente que nos alejáramos un poco de él, tomo una gran cantidad de aire y dijo en un tono suave casi cantando.

- Den flyter og gir fart til ruten vår.

Mientras decía esto, hizo un pequeño baile. Al terminar de decir las palabras el agua se volvió salvaje y empezamos a ir más rápido, parecía como si decenas de personas estuvieran empujándonos desde abajo -Lo que me lleva a vomitar por segunda vez-.

- Bien, eso bastara por ahora, pero tendremos que tomar una ruta mas larga para asegurarnos que no nos seguirán, llegaremos al anochecer a Efeso. Descansen por el momento. -Pronuncia Aiden.

- Aiden seguía cansado de su pelea con Enio y los guardias- Aunque durmió demasiado tiempo-, Se dirigió a la recamara del capitán o algo así y volvió a dormir.

Muy pronto dejamos aquellos barcos de la armada solar atrás, junto con aquella isla, Enio y todo lo malo que nos había ocurrido.

Estuvimos en el mar un rato más, el sol ya estaba en su punto más alto cuando surgió otro problema; El alimento y la bebida. Todos tenemos hambre -Sobre todo Cirse-, y ya que estamos en medio del mar, decidimos pescar.

- Vann, flyt, ikke. Vann, flyt, ikke. Vann, flyt, ikke.

Por más que intentaba utilizar aquél hechizo que utilizaba en Valtoria, no podía parar el flujo del agua –Y con obvias razones, no se puede parar al mar-.

- ¿Y si aventamos a alguien al mar? Eso tal vez pueda atraer a los Skotolmpakk (Peces tropicales, típicos del este de Solaria. Hay de cada color y cada uno con un diferente tono) – Dijo Cirse.

Entonces a las seis personas ahí presentes nos pareció una buena idea – Lo de de la carnada, no el aventar a alguno de nosotros-, entonces nos dispusimos a atacar a una gaviota. La persona ideal para esto sería Aiden, pero ya que no está, tenemos que improvisar. Le pedimos ayuda a Aristos, pero este se negó, ya que no sabe algún hechizo de ataque.

- Bueno, yo utilizaba un hechizo para jugar con mi perro, pero supongo que servirá para esto - Dijo Adonis. Acto Seguido, pronunció:

Top uji, ngrirje.

Y una bola de hielo empezó a formarse en su mano, repitió el hechizo unas veinte veces y entre todos empezamos a aventárselas a las gaviotas que pasaban. Estuvimos alrededor de una hora arrojando volas de hielo a las aves, hasta que Kalos, aquel chico que no dijo nada ayer y el único que seguía acostado, dijo:

- Vannspyd, Gjennomborer Alt -Acompañado de un brusco movimiento de manos del cual salió una lanza de agua dirigida a la gaviota, matándola al instante y cayendo en el barco.

Todos nos quedamos desconcertados, pues se supone que todos los presentes sabíamos hechizos sencillos, entonces surgió la pregunta ¿Quién era él? ¿Cómo lo aprendió?

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⏰ Última actualización: May 22, 2023 ⏰

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