Era una noche fría y oscura, la luna era lo único que iluminaba las calles y las casas. Dego de tinta se encontraba en su habitación guardando su hacha y algunas cosas en una mochila algo vieja, pero no le importaba ya que no pensaba llevar su hacha en las manos ya que era algo pesada y no tenía casi fuerzas, ya que tenía falta de sueño, hace semanas que no lo graba dormir, ya que Dego exe le ordenaba hacer cosas en medio de la noche.
—Okey, ya tengo lo que necesito, será mejor que me apresuré. El jefe siempre se enoja cuando no hacemos lo que nos ordena hacer.—
Después de decir eso, agarró su mochila y se fue. Después de media hora de no encontrar al sujeto que Dego exe le describió, se fue a un lugar algo alejado de dónde estaban las demás personas y se sentó a lado de un árbol y sacó de la mochila un frasco con café.
—Dios…dónde estará ese tipo, tal vez se fue de éste lugar, cómo quisiera encontrar ya ése maldito celular.—
Después de estar sentado 15 minutos decidió volver a buscar. Mientras Dego de tinta caminaba viendo los distintos sitios de el bosque dónde estaba se acordó de aquella vez en la cual Dego logró conseguir el hacha.
—Diablos, ese día estuve tan serca de el hacha!, si no hubiera aparecido ése idiota hubiera podido conseguirla.—
Mientras más caminaba se sentía algo incómodo, cómo si lo estuvieran observando, lo dejo pasar, ya que estaba más concentrado en el celular de Dego exe. Los minutos pasaron a horas. Dego de tinta ya se sentía algo cansado, estaba a punto de irse hasta que alguien le habló…
—Hey!—
Grito alguien, Dego de tinta giró para ver a la persona quien le habló, al no ver a nadie subió su mirada hacía los árboles, no se veía bien su rostro por la oscuridad, pero la poca luz de la luna le dejaba ver un poco la cara de ése tipo.
—Vi que ese tal Dego exe te mando para recuperar su celular, sólo quiero decirte que te iras con las manos vacías, ya que sería imposible que lo recuperarás.—
Dego de tinta algo ya cansado y con sueño solo le dijo al tipo.
—Oye, sea quien seas. Te lo voy a pedir de la manera más amable, dame ese tonto celular, a parte, para que lo necesitas?, solamente no quiero que mi jefe no se enojé conmigo. Aparte tienes suerte de que no ando de mal humor.—
Después de decir eso, la persona ya mencionada se bajo de el árbol dejando ver bien su rostro. El sujeto se parecía mucho a Dego, era una réplica bien echa de el, lo único que no coincidía era que el tipo era verde, el logotipo de su sudadera era diferente y tenía el pelo algo diferente a él Dego verdadero. Dego de tinta algo confuso no sabía que decir o hacer después de ese inesperado momento.
—Que pasa??, Por que de la nada tan calladito??.—
En ese instante que el tipo dijo eso Dego de tinta regreso de su transe. Lo único que hizo de inmediato fue levantar rápido su mano y sacar su hacha de la mochila.
—Si tengo que pelear por ese tonto celular para irme de aquí rápido, pues así será.—
Al terminar de decir eso lanzó su hacha con una velocidad que al sujeto le sorprendió su rapidez, Después de eso el hacha regreso a la mano de Dego de tinta cómo si de un imán se tratará.El tipo rápido se teletransporto hacía dónde estaba Dego de tinta para golpearlo. Después de unos 2 golpes fallidos le logro dar un puñetazo en el ojo a Dego de tinta que le dejo algo adolorido por aquel golpe.
—Idiota!—
Dego de tinta lo único que hizo de inmediato después de que ese tipo lo golpeara, fue a intentar golpear al tipo con su hacha, pero era casi imposible, de alguna extraña razón cuando Dego de tinta le intentaba dar con su hacha, sacaba algún tipo de campo de fuerza que evitaba darle con el hacha. Después de pelear y pelear, de que Dego de tinta le daba golpes en su cara y cuerpo, que el tipo le diera golpes en sus puntos débiles, Dego de tinta ya cansado y enojado, Grito.
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♡Una vida contigo♡ °☆Dego de tinta X Dego Hacker☆°
Romance•Después de que Dego exe le ordenará a Dego de tinta de recuperar su celular de aquel mundo en el que Dego había caído hace tiempo, de un tipo extraño que se parecía a Dego. Dego de tinta pensaba que era una misión simple cómo todas las demás, ya qu...