1

0 0 0
                                    

Todo comenzó en un fiesta, mi mejor amigo, James Camarasa, me obligó a ir a un fiesta de final de curso, la cual ha sido creada por un amigo suyo, yo no lo conocía y tampoco sabía su nombre, pero sí sabía que no quería ir, porque yo ya sabía que algo iba a pasar. Además, por que iba a querer ir a una fiesta llena de adolescentes repletos de hormonas?
Cuando James me lo propuso me eché a reír, porque él sabía mejor que nadie lo poco que soportaba estar rodeada de tanta gente, no se porque, pero me da ansiedad, aunque sí es cierto que me considero una persona bastante sociable.
Ya era sábado, y tenía que prepararme para que James me recogiera a las 8:00, él era muy puntual siempre, con lo cual estaba segura de que él iba a terminar entrando a mi casa, ya que yo SIEMPRE llegaba un poquito tarde a todos lados. Hace años que no se queja, por lo que he supuesto que ya está muy acostumbrado a mi. No sabía qué ponerme para una fiesta así, donde tenía por seguro que todas, o casi todas las chicas iban a llevar ropa escotada, siempre que salía con él dejaba eso para lo último ya que él encontraba algo perfecto para cada ocasión. El siempre ha soñado con ser estilista y la verdad es que se le daba genial combinar ropa, sobretodo conmigo que mi armario era un completo desastre, pero que yo siempre iba ‘’perfecta’’, según él.
‘’Toc, toc’’,‘’toc, toc’’ sonó la puerta de la calle.
-Mierda, ya ha llegado…- Dije en voz alta, a lo que él me habrá oído seguro, tiene un fantástico oído-¡Voooooooooy!! -Chillé desde mi cuarto.
-¡Vaaa!- Me gritó el.
Cuando le dejé entrar, él no pudo abrir más los ojos y dijo…
- Pero si estás aún sin preparar casi.
-Ya… es que no sabia que ponerme, además ¿no te gusta utilizarme como ratita de laboratorio con tus experimentos estilísticos?
-Yo no te utilizó comp ‘’ratita de laboratorio’’ como tu dices, pero si, me gusta, y ahora corre a tu cuarto que tenemos poquísimo tiempo.
-Siip- le dije riéndome e intentando parecer lo más tierna posible.
Al final se decidió por un bestido negro con unos agujeros en la cintura y medio cortito. Tenía que admitir que adoraba como me quedaba ese vestido, me hacía buena cintura y bastante delgadita, cosa que me encantaba sentirme así. Salimos ya preparados y nos dirigimos a esa fiesta.
Yo, en el trayecto, le atosigué a preguntas y reproches, que él supo esquivar y responder perfectamente para que yo no me enfadara, ni me sentará mal nada.
De repente llegamos, era una casa bastante normalita, aunque sí es cierto que tenía jardín, pero como muchas casas de ese barrio. Yo tan solo llevaba un bolso donde tenía el móvil y las llaves, más un libro titulado ‘’nosotros en la luna’’, estaba apunto de terminarlo, tan solo me faltaban unas 60 páginas, y ya que no quería estar en esa fiesta, tenía el plan de alejarme a una esquina donde no hubiera mucha gente y ponerme a leer mientras James se iba a ligar con alguna chica tonta. Suponía que sería tonta porque una chica que se emborracha a los 17 años y termina acostándose con un chico que apenas conoce nos es de ser demasiado inteligente, no sabes qué enfermedades te puede pegar, o si te arrepentiras al día siguiente.
James ya había aparcado, por lo que teníamos que salir de ese coche. Yo no quería, pero la típica mirada de él diciendo algo así como ‘’sabes que me lo has prometido’’ me hizo salir del coche sin protestar, él era el chico más expresivo que había conocido en toda mi vida.
Ya dentro de la casa me dispuse a seguir mi plan, cuando James me miró y empezó a hablar, no se le oía muy bien por lo que me acerqué más a su boca y él repitió lo que acababa de decir.
- He dicho que por favor no te quedes en un rincón marginada, ve a hablar con alguien y diviértete, por favor.
- Oyee, yo no me voy a un rincón marginada, bueno si, pero si que me divierto mas que tu, eso te lo aseguro.
- Ya… está claro que nunca has hecho nada con nadie- Dijo sin poder parar de reirse.
- Vete a la mierda James, yo solo estoy aquí porque te lo prometí al haberme pasado la libreta de inglés, pero sabes perfectamente lo mucho que odio las aglomeraciones de gente.
- Claro, si lo ves de esa manera normal que las odies, bueno, ¿me acompañas a por una copa?
Yo negué con la cabeza y cada uno se fue por un lado. Por fin encontré un lugar en el que no había casi gente y me puse a leer. A la hora o así escuché una voz muy cerca mio, por lo que supuse que alguien me estaría hablando.
- Hola, ¿qué haces?
- Leer, no me ves?
- Ya, claro que lo veo, pero quería decir que ¿Por qué estás aquí sola?
- Ahora si que te has explicado, fijate, estoy aquí para evitar a toda la gente, tú incluido- Eso último lo dije sonriendo.
- Eso parece típico de una chica que le gustaría ‘’estar colgada bajo la luna’’, ¿no crees?

Esa estúpida frase (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora