★ ≈ Condición o perdición ≈ ★

Capítulo III: ¿Amor?

Volví a mí casa para comer después de hablar con Xingqiu, me parecía muy extraña la forma en la que actuaba pero seguramente era mi imaginación porque él no está enamorado de mí, ¿verdad? No es posible y ¿qué es esta sensación en mi torso? Yo no estoy enamorado de Xingqiu, ¿no?

— Hola mamá, volví.

— A buenas horas, eh. Llevas fuera una hora.

— ¿Qué? No es posible, no sentí el tiempo pasar...

— Pues entonces parece que te divertiste mucho, ¿qué estuviste haciendo?

— Caminé por el puerto, como siempre, y cuando iba a terminar el recorrido me habló Xingqiu.

— Así que Xingqiu, ya veo por qué tardaste tanto.

— ¿Eh? Pero yo no suelo tardar en volver aunque sea hablando con Xingqiu. Aunque esta vez me dijo algo extraño.

— ¿Extraño? A ver, dime de lo que hablasteis.

— Pues cuando iba de vuelta de la posada agarré un ramo de flores de seda, las favoritas de Xingqiu, y se las di a su Hangxia para que se las diera a Xingqiu de mi parte.

— ¿Le has dado flores a Xingqiu? Espero que hayas explicado algo o hayas dicho algo con ese ramo porque es muy fácil de malinterpretar, a menos que quieras que se malinterprete.

— ¿Qué? ¿Por qué querría que sea malinterpretado? Bueno, te dije eso porque en el puerto vino Xingqiu a hablarme sobre la razón de por qué le di las flores y me dijo que su hermano le había dicho que se las enviaba su novio.

— ¿Su novio? ¡Chongyun, estás saliendo con Xingqiu y no me lo has dicho! ¿Qué he hecho mal como madre para que no me digas estas cosas?

— ¿Qué? ¿Cómo? No, no. No estoy saliendo con Qiu, no me gusta, ese es el problema, que Hangxia se ha inventado eso y ha venido Xingqiu a reclamarme.

— Ah, ¿entonces no estáis saliendo? Pensé que ya te habías aclarado en tu cabeza y ya sabías que os gustáis mutuamente. Da igual, ve a comer hijo mío que seguro tienes hambre.

— ¿Que nos gustamos mutuamente?

— Sí, se os nota mucho a los dos. A ver, dime, ¿qué sabes de Xingqiu?

— Pues es un buen amigo, es molesto a veces, corrijo, muchas veces, pero es amable y simpático. Habla mucho sobre sus libros pero no me molesta y cada vez que salimos siempre acabamos peleando contra algunos ladrones de tesoros porque tiene un gran sentido de la justicia... Ah, sí, peleamos muy bien juntos y aunque sus bromas sean pesadas en algunos momentos es divertido estar con él.

— Interesante reflexión, ¿algo más?

— Deja que piense... Sí, recuerdo que una vez se peleó con Hu Tao porque no le gusta el contacto físico y Hu Tao es mucho de abrazar y pegarse a la gente pero cuando me acerco yo no me evita y ha habido momento en los que me abraza él con una gran sonrisa. Puedo notar que es verdadera y nunca le vi sonreír así con su hermano o padres.

— Chongyun, ¿y cómo es que te has fijado en todo eso? En todo el tiempo que pasáis aquí yo no noté nada así y eso que ha sido mucho.

— Pues no sé.

— Chongyun, ¿qué sientes por tu amigo?

— Eh... Pues me gusta que sea mi amigo, le gusta que esté conmigo siempre que se lo pido, me gusta hablar con él, me gusta su sentido de justicia, me gusta su forma de hablar, me gusta él. Digo, me gusta como amigo, no estoy enamorado de él.

— ¿Estás seguro? No todo el amor es igual, puedes sentir amor romántico, platónico, de amistad o solo atracción romántica, sexual o de cualquier otro tipo. No tienes que basar el amor como el amor mío y de tu padre, puedes sentir cualquier tipo de cariño hacia las personas. Yo, por ejemplo, te amo como mi hijo, siento un amor familiar.

— Ahora no sé lo que siento pero si llega a ser amor del romántico me daría miedo.

— ¿Por qué mi niño?

— Porque si Xingqiu lo llega a saber puede haber dos alternativas. La primera es que no me quiera igual y eso determinaría la ruptura de nuestra amistad. La segunda es si sí me quiere igual podríamos salir por un tiempo pero él es un aristócrata, es de la alta sociedad, su padre se enterará eventualmente y le hará casarse con alguien que no quiere. Yo no quiero eso para él.

— Pero Chongyun, ¿quién te dijo que sólo podría haber dos caminos? Hay muchísimas probabilidades de finales todos muy diferentes, sí, esos dos puede ser alguno de los que puedan salir pero no son los únicos, no tiene por qué acabar en tragedia.

— Ah, claro, es verdad.

— Me tengo que ir mi niño, come bien y descansa hoy. Si te consuela algo a Xingqiu se le ve en la cara que te ama. ¡Adiós!

Y con eso se fue, me dejó sentado en la mesa con un plato de comida recalentado y pensando en Xingqiu y en nuestra relación. Comí y subí a mí habitación, no quería pensar en la charla con mi madre así que me puse a leer el grimorio, siempre tuve curiosidad sobre la Posibilidad Congénita pero nunca me pude informar, es una condición tan rara que nadie sabía sobre esta salvo mi tía.

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Hola, ha pasado mucho tiempo y lo siento mucho. Una parte del tiempo no sabía cómo continuar la historia y ya después se me olvidó que existía. De verdad lo siento.