ℕ𝕒'𝕧𝕚 『𝙰𝚘𝚗𝚞𝚗𝚎𝚝𝚎』

Peligroso

Ao'nung cortaba con rapidez un palo que había encontrado por ahí, dándole una forma puntiaguda con la ayuda de la pequeña navaja de su bolsillo, miraba a todas partes, el bosque lo intimidaba, era peligroso y ahora que lo sabía perfectamente no podía estar para juegos.

Al terminar su nueva arma salió de su escondite y comenzó a caminar con un poco de temor a lo que se le cruzará enfrente, los ruidos que escuchaba le hacían girar a esa dirección. Solo lograban alterarlo.

Continuó caminando, sosteniendo con fuerza la lanza improvisada sin saber que por encima de él, alguien lo escuchaba.

Un nativo estaba pegado al tronco del árbol para evitar ser visto, había notado al avatar desde hace un buen rato, su oscura piel lograba que distinguirlo fuera más difícil, sus ojos amarillos miraban con profunda curiosidad al ajeno, "¿Qué hace aquí? "¿Porqué su piel es más clara? ¿Porqué tiene aletas y esa cola tan rara?", cosas que pronto acabaría... Según el.

Se levantó del árbol y tomó su arco y flecha, listo para disparar, miraba al objetivo y antes de que pudiera lanzar la flecha miro hacía su izquierda.

Una pequeña "medusa" o como le decían los Na'vi, Atokirina, con suavidad se dejó caer en la punta de la flecha del nativo sacándole una pequeña sonrisa antes de notar lo que le quería decir el pequeño espíritu del bosque, bajo su arco y la vio irse antes de hacer lo mismo por igual.

El sol comenzo a bajar y el helicóptero daba vueltas por el lugar cerca donde se suponía que debía estar Ao'nung, Grace tenía unos binoculares para poder distinguir mejor pero no había señales del chico, lo que la hizo preocuparse.

— Tenemos que regresar, no podemos volar de noche por órdenes del coronel... — Habló Trudy. — Lo siento doc, pero tendrá que esperar hasta mañana. —

— No va a llegar a mañana. —

Rotxo miro con miedo el lugar y luego a Grace, su nuevo amigo se había perdido y tal vez no iba a sobrevivir la noche, el helicóptero se inclinó para ir de regreso a la base militar.