¿Desde cuándo somos diferentes?

el chico de las margaritas.

Jade

Prefiero no contar lo aburrido que fue la misión, lo único que conseguimos hacer fue batallar con un par de bastardos sin talento, lo único que hicieron fue gritar como hienas en celo y tratar de pegar espadazos sin ton ni son.

Me acomodé en mi cama algo incómoda, no conseguía estar agusto con ninguna postura, se que suena mal, pero era lo único que se me venía a la mente. No paraba de pensar en lo descabellado que estaba siendo todo esto, y enseguida vamos a empezar con los ataques fuertes de parte del otro reino, otro lío. Aunque supuestamente, citado por Demon, dice según el que está intentando acordar una especie de huelga.

Me pase las manos por la cara, fustrada; ¿Porque me costaba tanto dormirme? Creo que ya llevaba por lo menos una hora dando vueltas por la cama sin ni pizca de descanso. Tenía sueño, o no, ni siquiera lo sabía.
Suspiré pesadamente, me puse a diavagar por varios recuerdos que se escondían por mi mente, ni tenía nada más interesante que hacer.

En cuestión, de lo único que estaba pensando era de peleas con mis padres, con mis hermanos y todo lo que pasó con mi madre. Es algo complicado, sacudí la cabeza intentando quitarme esa sensación desagradable y sabor amargo en la boca al recordar ese tema. A este punto, ya tenía un nudo en la garganta por alguna razón.

Di con la casualidad de que recordé al chico de las margaritas...Ahora mismo se que no sabeis de quién demonios me estoy refiriendo, se podría decir que fue mi amor adolescente, se me hace raro estar hablando de esto.
El punto es que es la mejor persona que recuerdo, os explico.

Lo conocí a él
Una persona, con la cual me sentía bien, por primera vez en tanto tiempo.
Y poco a poco, me fui metiendo en su vida, y él en la mía. Y yo me fui enamorando cada vez más... fueron sus palabras, fue la forma en la que me trataba, la manera en la que me hacía reír, la manera en la que me hizo sentir viva de nuevo.
Pero recordar, lo malo puede quedarse anclado y hundirse contigo, pero lo bueno se agarra a ti, te deja marca profunda y se desvanece sin explicaciones.

Suspiré de nuevo, pesadamente. Le di el gusto a mi mente de darle una imagen de mi chico de las margaritas, es como una  droga.

Me puse boca abajo, y me abraze a la almohada, porfin empezé a tener la sensación de confortabilidad y cerré los ojos como si estuviera en las nubes. Me relaje y comencé a intentar dormir.

Y bueno, se puede imaginar que sí, me dormí de una vez por todas.

Demon

Pase una mano por la sábana de estaba sobre mi, era fina y suave.
Me coloqué un poco mejor, boca arriba, con una mano en mi abdomen desnudo y la otra mano bajo mi nuca.
Al fin tenía un momento para pensar en toda la mierda que estaba pasando.
Sonreí como un idiota al recordar la cara de espanto de Jade al ver que yo sería el nuevo gobernador y no ella. No sé quién se cree que es, no tendría derecho a ocupar mi lugar, es una mujer torpe que no sabe en los zarzales que se mete ¿En serio cree que podría lidiar con todo? Parece un chiste mal contado.

Lo cierto es que: No se cómo, pero también era de esas personas que tienen buen cuerpo pero la personalidad les arruina todo.
Me acaricié el pelo cerrando un poco los ojos, tenía que distraerme, no sé porque pensaba en ella, ni siquiera creo que ella piense en mí.

Me acomodé de nuevo en la cama ¿Por qué demonios no encontraba ni una maldita postura cómoda? Vale, ahora que lo pienso eso suena mal...

Me moví por quinta vez en lo que llevaba de noche y cerré los ojos con fuerza, imaginándome cómo sería mi día mañana, tengo demasiadas cosas que hacer, no estaría mal una ayudita ¿No?

Sé que es un capítulo muy corto para ser el segundo, pero el siguiente viene fuerte, lo prometo.