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-Está mirándote -susurró Tomas con una suave tono burlón, en el oído de su amigo.

Rodrigo frunció el entrecejo y preguntó:

-¿Quién? -miró hacia la dirección en donde Tomas señalaba discretamente con sus ojos color verde.

El cuerpo de Rodrigo sintió un escalofrío cuando su mirada se encontró con la de Ivan, el joven tenía una mirada asesina y seductora, era ese chico de belleza exótica, el tipo de persona que volvía locas a todas y a unos cuantos también, sí, incluso él babearía por el muchacho alto de piel blanca y ojos profundos que respondía a  nombre de Ivan Buhajeruk si no hubiera oído los rumores. Esquivó su mirada y la dirigió a Tomas.

-Tonterías -le dijo y siguió comiendo su almuerzo restándole importancia.

-¿Tonterías?, él te ha estado comiendo con la mirada desde que entramos a la cafetería -alegó Tomas -Soy muy perceptible, no lo olvides.

-Esta vez te equivocas, ¿Por qué estaría mirándome a mí cuando hay muchas chicas bonitas por ahí?

-Carre, ¿No lo sabes? -el chico de baja estatura le preguntó sorprendido.

-¿Saber qué? -preguntó de regreso el menor un poco intrigado.

-Ivan es un gay declarado, seguramente a estado mirándote porque sabe que tú también lo eres.

-Tú también lo eres, Tomi, ¿quién te asegura que no te estaba mirando a ti?

-Nadie me miraría a mí -Tomas hizo un puchero y ambos comenzaron a reír.

-Al menos que quieran ser hombres muertos -siguió Rodrigo, bromeando y olvidándose del tema de Ivan.

♡︎♡︎♡︎

Rodrigo sopló sus manos y las sacudió para intentar secarlas, se miró por última vez en el espejo y peinó su cabello con sus manos.

Tarareo una canción hasta que su cuerpo casi choca con el de alguien.

-Oh, mierda -dijo por el pequeño susto -Perdón, no estaba poniendo atención a mi alrededor -se excusó rascando su cabeza, sin quitarse de esta las palabras que Tomas le había dicho hacia apenas unas horas.

Intentó salir del cuarto de baño, pero el cuerpo con el que había chocado se movió impidiéndole el paso. Rodrigo frunció el entrecejo algo molesto, volvió a moverse, pero el cuerpo contrario se movió también para su mismo lado.

Tomó valor y alzó la mirada, los ojos de Ivan eran demasiado profundos pero pequeños, en su rostro tenía una sonrisa ladina que le erizó la piel a Rodrigo.

-Soy Ivan -le dijo el chico sonriendo.

-Rodrigo -le dijo fríamente para evitar una conversación -Y estás en mi camino.

-Sí, lo sé -Ivan puso una sonrisa tonta como solo él podía hacerlo.

-Se me hace algo tarde, ¿Podrías dejarme pasar? -preguntó.

Ivan tardó en darle una respuesta y el menor estaba empezando a enojarse.

-Por supuesto -el chico sonrió y se movió -me gustaría volver a hablar contigo Rodrigo.

-Claro -el castaño le devolvió la sonrisa, "eso siquiera podría considerarse una conversación" pensó y salió casi corriendo como perro con la cola entre las patas recordando la sonrisa estúpidamente bonita que le había regalado el menor.

Ivan lo ponía nervioso y no le gustaba esa sensación.

𝐄𝐋 𝐓𝐀𝐌𝐀𝐍̃𝐎 𝐒𝐈 𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀 - 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora