VERDUGO

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Tú, mi verdugo, me lo has arrebatado todo, no soy nada.

¿Y tú quién eres?

¿Quién te crees tú para apagar mi voz, desvanecer mi vida y borrarme de este mundo?

Yo ingenua te creí y fui tras de ti con una sonrisa y tú con una mueca qué aparentaba serlo, te aprovechaste de mi confianza, ¡pero qué tonta! No puedo creer que en tan solo unos minutos me arrebataras todo, tú, mi verdugo, no te bastó con mis súplicas con que te dijera que pararás, ¡Te gustó!, ¡Te emocionó tener a otra niña más en tu colección!

¿Con qué derecho nos has robado nuestro último aliento?

¿Cuántas más necesitan morir?

No eres más que un monstruo atormentado por sus más retorcidos pensamientos.

Cruel, ¡sí lo eres! Tú, mi demonio, ahora no tengo nada, siento un vacío.

¿Es qué no tienes conciencia?

DISTORSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora