ATHAZAGORAPHOBIA

19 2 10
                                    

Me despierto por un dolor agudo en... En todas partes, me duelen incluso partes que no sabía que podían llegar a doler, me duele hasta el alma.

La parte derecha de mi cuerpo está entumecida, o quizá sea la izquierda, estoy tan mareada que me cuesta saber en qué posición me encuentro ahora mismo.

Intento moverme, pero apenas lo hago siento una punzada que me advierte que si continúo veré estrellas, aún así con una fuerza que no sé de dónde viene logro sentarme, o algo así, aunque lo haya hecho con una lentitud desesperante el movimiento ha aumentado mi mareo, me palpita la cabeza y de repente quiero vomitar. Empiezo a ser consciente de los sonidos de mi alrededor y de una luz intensa que no me deja abrir los ojos, ¿Es el sol?

Hay un pitido intenso que no cesa, escucho autos yendo de aquí para allá, pasos, algún tipo de música a lo lejos y personas que conversan. Me doy cuenta de que estoy en la calle, no recuerdo absolutamente nada y no tengo ni idea de por qué o cómo es que llegué aquí.

- ¿Qué ha pasado? – Tan sólo pronunciar lo que casi no ha llegado a ser siquiera un susurro hace que mi garganta arda, siento que tragué tres kilos de tierra.

Empiezo a desesperarme, me cubro los ojos con el antebrazo, escucho a alguien pasar a mi lado murmurando algo parecido a "seguro es una drogadicta", me tomó unos segundos darme cuenta de que se refería a mí, no quiero ni imaginar el estado en el que me encuentro, debo verme devastada.

Intento alzar la voz para pedir ayuda pero más bien parece que asusto a la gente, me cuesta mantener los ojos abiertos pero alcanzo a ver sus expresiones de asco y cómo se alejan a zancadas con tal de no tener el más mínimo contacto conmigo, quiero llorar, pero quizá si lo hago se asusten más y de verdad necesito ayuda.

He estado unos treinta minutos intentando que alguien me ayudara, aunque parecieron unas diez horas, y nadie lo hizo, me arrastro como puedo hasta un lugar con un poco de sombra, hay algunos locales alrededor, en alguno deberían ayudarme, aunque con la respuesta que tuve de la gente anteriormente empiezo a dudarlo.

Hago el intento de levantarme, pero mi pierna derecha empieza a doler apenas la muevo de más, creo que está rota. Sigo arrastrándome hasta que una señora que va saliendo de una pastelería casi choca conmigo, o más bien casi cae sobre mí, ya que estoy reducida como a medio metro de altura.

- ¡Dios santo! Qué susto me has dado... - Me mira y sus ojos se abren con sorpresa o terror... O ambos. - Pero ¿Qué te ha pasado?

Tardo en responder, me abruman las ganas de llorar.

- No... - Sacudo la cabeza intentando hacerle entender que soy más desorientación que persona. – No lo...

- Tienes que ir al hospital, estás sangrando. – Se inclina hacia mí para examinarme mejor.

Es verdad, estoy sangrando, por mi ropa azul marino era difícil de notar, pero en mi cuello descubierto se ve algo de sangre que se debe haber esparcido mientras me arrastraba...

- Ven, yo te llevo, será mejor que no te quedes aquí por mucho tiempo, tus padres deben estar preocupadísimos.

Mis padres... No soy capaz de recordarlos por más que lo intente, incluso me cuesta pensar en el concepto de "padres" o "familia", intento no pensar en eso para no aumentar mi dolor de cabeza.

La mujer me lleva con mucho cuidado hasta su auto, cada movimiento duele como el infierno, pero aun así siento más alivio que otra cosa, ella va a ayudarme. Sigo queriendo llorar, ahora mismo todo se intensifica, ansiedad, desorientación, desesperación, adrenalina... Me siento observada de camino al auto de la mujer, supongo que debe haber un público lleno de gente chismosa juzgándonos. Juzgándome.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ZEMBLANITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora